Miguel Ortega, un secundario del cante consagrado en La Unión
A sus 35 años, Miguel Ortega, que la madrugada del domingo conseguía en La Unión la prestigiosa Lámpara Minera del festival, lleva ya más de 30 años cantando. Debutó a los cuatro, con unos fandanguitos en la peña Juan Breva de Málaga, y desde entonces ha sido un secundario muy valorado por estrellas del baile y la guitarra, como Vicente Amigo, en cuyo grupo sigue actuando.
Pese a haber ganado premios en muchos festivales, no se considera un profesional de los concursos, figura frecuente en este mundo. "No creo del todo en los concursos. El arte no es como una carrera, que la gana quien llega primero. En el flamenco hay distintas opiniones y maneras de entender el cante".
En este sentido, hace una confesión sorprendente: "Yo no hago normalmente la minera como la hice, le doy un aire más personal, pero sé que aquí se aprecia un determinado tipo de minera y esa es la que hay que cantar para ganar". Miguel es consciente de que "muchos ganadores de la Lámpara se han quedado por el camino". "Seguiré mi carrera cumpliendo los compromisos que ya tenía adquiridos"; por ejemplo, una gira por México con Vicente Amigo o un espectáculo para la Bienal de Sevilla con Pepa Gamboa, Arcángel y José Antonio. Y da otra razón como prueba de que no es un profesional del concurso: "Yo no voy a ellos por dinero, cuando gano en uno y me invitan a volver, ya no lo hago, aunque pudiera ganar de nuevo, porque no me parece honrado".
Pese a ser muy valorado por grandes profesionales como María Pagés o José Antonio y otros que han contado con él en espectáculos y giras, es de una sencillez y modestia sorprendentes en un mundo que no se caracteriza por esa actitud. "Yo he ido a los concursos para que me conozcan, no puedo llegar creyendo que soy el mejor porque pueden partirme la cara". En 1999 y en el 2000 ya obtuvo algunos premios en La Unión. Después no había vuelto.
Es fiel a los maestros antiguos, aunque sabe que hoy triunfa la innovación y la fusión. Hace tres meses publicó un disco cuyo nombre lo dice todo: Mirando atrás, en el que se acuerda del cante de Mairena, Vallejo, Pavón o la Niña de los Peines, entre otros maestros antiguos.
Y quiere seguir su carrera con tranquilidad y humildad, sin perder la cabeza: "Para mí es un honor ganar el concurso flamenco más importante del mundo y el más conocido, pero también lo es que gente como Vicente Amigo cuente conmigo".
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