Los pastores van a la escuela

"La oveja bala y el que sabe, entiende qué pasa. Cualquiera que esté poco familiarizado apenas percibe diferencias, pero el balido es distinto si tiene hambre, sed, no está cómoda o le duele algo". Eso es lo que pretende enseñar José Valero, un pastor de 61 años que en septiembre se estrena como docente en la primera Escuela de Pastores de Andalucía.

Toda su vida la ha dedicado al ganado y tiene ilusión por transmitir sus conocimientos. En la actualidad, hay unos 12.000 profesionales en la comunidad, pero el relevo generacional no está garantizado. De ahí esta iniciativa de la Junta de Andalucía que persigue también dignificar una labor no siempre bien valorada.

Los pastores-tutores que han recibido formación durante el mes de julio ya "se sienten importantes", dice la directora general de Producción Agrícola y Ganadera, Judit Anda, que destaca la necesidad de reconocer su figura por la labor que desempeñan y la importancia que tiene para la sostenibilidad, el medio ambiente y la economía rural.

La Junta imparte formación para garantizar el relevo generacional

"El pastor siempre ha cuidado el monte", asegura uno de los tutores

"Éramos el último escalón, el que no servía para otra cosa. El albañil estaba mucho más reconocido y encima hubo un tiempo en que el pastor era malo porque metía las ovejas en la tierra o quemaba el monte, ahora está más que demostrado que no es así", explica Ángel Rebelles, pastor y ganadero. "El pastor siempre ha cuidado el monte, el pasto es un beneficio", subraya Valero.

Llevan toda su vida en el campo y por eso sostienen que "la producción que se hace desde los despachos no siempre está bien". La tierra dice cuántas ovejas necesita. Producen cordero seguñero en la comarca de Huéscar, en el norte de la provincia de Granada. En Andalucía hay 2,7 millones de hectáreas de pasto y el 65% de la ganadería tradicional se basa en el aprovechamiento directo de pastos y pastizales.

Tanto José, como Ángel o Juan Antonio Adán, que es otro de los productores de la zona, proceden de familias de ganaderos y ven difícil el porvenir. "Hoy día hay poca gente que entienda de ganado". Identificar una oveja, ayudar en el parto o amamantar a un cordero lo aprendió Valero de su padre. "Son técnicas que hay que combinar ahora con nuevas tecnologías", abunda Ribelles. Adán controla las técnicas de inseminación para mejorar la ya de por sí alta calidad de estos corderos. Es uno de los responsables del catálogo de sementales de raza ovina segureña que edita la asociación de criadores con la Universidad de Córdoba.

Reconocida la importancia medioambiental, puesto que hay zonas que dicen serían prácticamente desiertos si no hubiera pastado el ganado, los pastores también quieren acabar con la imagen de hombre solitario. "Ya casi no es así, hacemos turnos, los coches llegan a muchos sitios y vuelves a casa por la noche".

Lejos quedan para Valero las 140 ovejas viejas que compró a 800 pesetas (4,80 euros) cada una cuando empezó por su cuenta hace 35 años y a las que tuvo que arrancar con unas tenazas los dientes retorcidos que les impedían pastar. "Logré que criaran buenas partidas de borregos", recuerda. Hoy tiene unas 1.500 ovejas y 150 cabras. "Tenemos que ser de todo: cirujano, ginecólogo, dentista..."

Durante una semana se han formado en las instalaciones del Patronato Rodríguez Penalva de la Diputación de Granada. Confiesan que no se imaginaban enseñando. La mayoría ha tenido poco contacto con la docencia. Será por eso que se inclinan más por la práctica que por la teoría. Seis meses no se pueden equiparar a lo aprendido durante una vida, pero entusiasmo no les va a faltar. El plazo para presentar solicitudes acaba el 3 de septiembre. 15 alumnos serán seleccionados.