"Me gusta enredar con la pelota"
Al acabar la pasada temporada, solicitó una reunión con el director deportivo y el presidente del Sevilla. Con Monchi y José María del Nido. "Ha llegado el momento de que dé un salto, de que me marche", les comunicó el futbolista. "Te lo mereces", le concedió Del Nido. "Pero que llegue una oferta", le recordó Monchi. Al poco tiempo, el Barça llamó a su puerta. Y el Sevilla, tras negociar sin demasiada reticencia -9,5 millones de euros-, aceptó. Adriano Correia (Curitiba, Brasil; 1984) se estrena hoy (21.30 horas. TVE) como azulgrana en un partido oficial. Y se bate con el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, su antigua casa.
Pregunta. Para empezar, ¿el mejor partido posible?
Respuesta. Sí, es una coincidencia realmente bonita y atractiva. Me hace mucha ilusión porque llegué al Sevilla como un niño y me he ido como un hombre. Pero creo que era el momento de hacer algo, de dar un paso grande en mi carrera.
"En el Sevilla, el equipo juega para los puntas; en el Barça, los puntas juegan para el equipo"
P. ¿Tuvo más ofertas que la del Barcelona?
R. Formales, no. Pero es que cuando recibí esta, no me lo pensé dos veces y decidí mi futuro. Quería seguir ganando.
P. ¿Se malacostumbró a ganar títulos con el Sevilla?
R. No, no. Uno no se puede malacostumbrar a eso. Ganar es bueno. Allí vencí en seis de las siete finales que disputamos -suma dos Copas de la UEFA, una Supercopa europea, dos Copas y una Supercopa-, y eso marca, te da carácter. Pero también logré títulos con el Coritiba. Espero seguir igual en el Barça.
P. Aunque el fútbol de ambos equipos sea bien distinto.
R. Sí, cambia todo. Desde los entrenamientos de pretemporada al juego a desplegar. En Sevilla nos ejercitábamos tres veces por día antes de iniciar el curso; en el Barça, hacemos dos, con mucho más protagonismo para el balón. En todos los sentidos. El Barcelona juega más con la posesión, que no se remite siempre al juego directo porque tiene muchos recursos. Allí el equipo jugaba para los delanteros y aquí los delanteros juegan para el equipo. Pero sobre todo, cambia en que Pep trabaja mucho el posicionamiento táctico y la posesión. Siempre me indica cómo posicionarme, cómo sacar la pelota desde atrás...Y tener el balón solo tiene cosas positivas. Como al Barça, a mí también me gusta enredar con la pelota y no perseguirla. Dar toques, pases, regates... Soy brasileño y estuve mucho tiempo en el fútbol sala, donde la posesión es importantísima y se exige ser muy rápido.
P. ¿Ha contado cuántos le han ganado por velocidad?
R.Alguno hay...pero sí, soy bastante veloz. Lo importante, en cualquier caso, es ser rápido con la cabeza y no con las piernas. El que corre es el balón.
P. Aunque a usted correr demasiado rápido le ha dado más de un disgusto en cuanto a lesiones. Incluso Guardiola dijo que había que mimarle en ese sentido...
R. Incido mucho en ese aspecto para no romperme los músculos. Ya hacía programas para evitar las lesiones en el Sevilla y ahora lo sigo haciendo en el Barça, trabajo de prevención tanto en el campo como en el gimnasio antes de los entrenamientos. Aquí, además, está el ejemplo de Messi, que se rompía mucho. Ya me lo explicaron los recuperadores y estoy tranquilo. En los dos últimos años, he tenido solo dos lesiones musculares y he podido jugar en casi todos los partidos, en casi todas las posiciones.
P. ¿Se define como un jugador polivalente?
R.Sí. Desde hace dos años, cuando el Sevilla apostó por darme diferentes parcelas en el campo, soy polivalente. Me da igual jugar en la derecha, en la izquierda, atrás, más arriba...
P. ¿Pero cuál es su demarcación favorita?
R. Mi puesto natural es el de lateral izquierdo. Un puesto, además, que me podría llevar a la selección brasileña. Me puse muy triste al saber que no iba al Mundial. Respeto muchísimo la decisión de Dunga, pero siempre tuve la esperanza de ir a Sudáfrica.
P. En el Barça están Abidal y Maxwell como laterales izquierdos y Alves en la derecha...
R. Lo sé, lo sé. Ese es el problema, que ganarse un puesto en este equipo es más que complicado. Vengo a ayudar, a sumar, con la idea de aprender. Pero la ambición de uno pasa por jugar. Quiero disfrutar de esto. Es cierto que el fútbol es serio, pero yo sonrío porque disfruto mucho con lo que hago. Soy feliz.
Tan diestro como zurdo
Adriano le pega igual con la derecha que con la izquierda. Así se lo exigió su padre, Athayde, cuando se partió la pierna buena, la derecha. "Me rompí el tobillo de niño y papá me hacía entrenar con escayola. '¿Para qué tienes la otra pierna?', me decía". Y Adriano chutaba y chutaba con la zurda.
Junto a su padre o sus amigos, el 21 azulgrana siempre jugaba en el descampado del barrio Cic (Curitiba), allá en lo alto de la calle empinada que llevaba a su casa. Ese campo que tanto les costó fabricar, después de quitar todas las piedras, talar unos cuántos árboles y montar las porterías con maderas de los mismos. Allí, emulaba a su ídolo Roberto Carlos -"Siempre me maravilló su forma de pegarle a la pelota, de afrontar los partidos y las jugadas", cuenta- y repetía las jugadas del Mundial de 1994, su favorito.
Hijo de un trabajador metalúrgico y de una empleada del hogar, Adriano siempre se pirró por la velocidad. "Me encantan los karts, la F-1 y Massa, claro", advierte. Ahora corre que se las pela en el Barça.
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