Entre el ideal y el escándalo
La figura y la obra de Juergen Teller ejemplifican perfectamente el largo combate que a lo largo de las dos últimas décadas ha mantenido la fotografía de moda contra sus propios límites. En este combate no se trataba solo de la necesidad de romper barreras y estilos, de ir más allá de una serie de convenciones, sino también de construir y conseguir definitivamente un diálogo equilibrado con la esfera del arte. Hay que reconocer que, en la mayor parte de los casos, la estrategia más efectiva en este proceso de apertura y ampliación de la fotografía de moda ha consistido sobre todo en su capacidad para la invención, la sorpresa, la originalidad, la radicalidad (real o aparente) y, muy a menudo, el escándalo. Algo de todo ello podemos encontrar en la primera exposición individual que se dedica en nuestro país al trabajo de Teller. Se trata de una propuesta extensa y suficientemente representativa de sus intereses y aportaciones, que sin embargo presenta un punto débil en la excesiva rigidez de su estructura. La presentación de su obra sigue un guión demasiado literal y estrictamente ordenado por series fotográficas y temáticas, una decisión que pone un corsé demasiado pesado sobre una obra entre cuyos valores se encuentra precisamente su fluidez y su capacidad para mezclar géneros y referencias.
Juergen Teller
Comunidad de Madrid
Sala Alcalá, 31. Madrid
Hasta el 19 de septiembre
El núcleo central de la muestra está constituido por dos series. Ed en Japón, dedicada a su hijo, en la que puede percibirse la frecuente inclinación de Teller hacia la utilización del recurso del diario fotográfico, y la serie Paradise, donde en un juego asociativo entre cuerpo, modelo y representación quizá demasiado evidente, la actriz Charlotte Rampling y la modelo Raquel Zimmermann posan en diferentes salas del Louvre. Se expone también el resultado de la prolongada colaboración entre el fotógrafo y la firma Marc Jacobs, y el que probablemente sea uno de los trabajos que mejor muestran la faceta provocadoramente narcisista de Teller, la serie Louis XV, en la que se autorretrata en el lujoso interior de una suite de hotel junto a Charlotte Rampling. Pero es en las imágenes que completan la exposición donde se encuentra el perfil más interesante de su trabajo. Se trata de fotografías que dibujan un territorio que entra y sale de la esfera de la moda, y que en cierta medida transitan por lo que podríamos denominar una cierta periferia de dicho mundo. En este terreno destaca la serie Go-Sees, uno de sus trabajos más rotundos y conseguidos. A través de un conjunto de retratos de jóvenes modelos realizados a la entrada de su estudio en Londres, Teller ofrece una descripción, tan emotiva como descarnada, de un universo forjado en una explosiva mezcla de idealización y aspiración.
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