Reparaciones por control remoto
Metro resuelve 240.000 incidencias anuales desde un centro en el Campo de las Naciones - El sistema, que cuesta 11,5 millones, gestionará toda la red en 2011
Cuando la máquina expendedora se empeña en escupirnos el billete, cuando no reconoce el código de nuestro abono, cuando por mucho que presiones con tus dedazos no reacciona, en definitiva, cuando falla, ya no se envía a un especialista desde la otra punta de la ciudad para arreglarla. Para eso está cualquiera de los técnicos que, desde el Campo de las Naciones y sin separarse de sus ordenadores en el Centro de Operaciones de Mantenimiento y Monitorización de Instalaciones y Comunicaciones de Metro (COMMIT), resuelven la mayoría de las incidencias que afectan a las 1.500 máquinas expendedoras de billetes del suburbano -las averías más comunes-. Un equipo de 58 personas supervisa, entre otros sistemas, las escaleras mecánicas, los ascensores o los tornos de acceso.
La Consejería calcula que con el sistema ahorrará siete millones al año
Muchas de las averías pueden solucionarse sin enviar a un técnico
"Hace 30 años empecé reparando máquinas con llave inglesa y un destornillador, y ahora me basta con un teclado". Así resume uno de los técnicos cómo ha cambiado su trabajo desde que en 2008 arrancó el COMMIT, una "apuesta" tecnológica que ha costado a la Consejería de Transportes 11,5 millones de euros y con la que, según aseguró el viceconsejero, Luis Armada, Metro se ahorrará siete millones de euros al año.
"El mayor ahorro está en los desplazamientos -un 20% menos- de los técnicos. Gracias a este sistema se hace un único viaje, porque como desde aquí ya podemos ver qué es exactamente lo que está fallando, el especialista ya sabe lo que se va a encontrar y se lleva las herramientas adecuadas", amplía el gerente del COMMIT, Jesús Hernanz. ¿Supone el sistema una reducción de empleados? "No. El personal se mantiene, pero cambian sus funciones. Algo similar a lo que se ha hecho con los supervisores comerciales -o taquilleros- que, desde que se han ido eliminando las taquillas, se dedican a informar al usuario o ayudarles a utilizar las máquinas", explica una portavoz.
Desde esta central, situada en un complejo de oficinas de la vía de los Poblados, se supervisan 800 incidencias de media diarias (240.000 anuales) que se registran en los 100.000 equipos, sistemas informáticos o de telecomunicaciones de la red que pueden monitorizarse. Es decir, máquinas expendedoras de billetes, sistemas de climatización, puertas automáticas, ascensores o los ordenadores de los taquilleros. En 2011, el sistema controlará todas las estaciones, según Armada.
El proceso comienza con una llamada. Por ejemplo: se para la escalera mecánica de la estación de Sol: máxima prioridad por la afluencia de viajeros. Un empleado telefonea al centro e informa del problema. En un primer nivel "se traduce esa llamada a un lenguaje técnico que se enviará al segundo nivel, donde los técnicos disponen de las herramientas para solucionarlo", explica Hernanz. En ese segundo nivel -a apenas unas cuantas mesas más atrás del primero-, los técnicos especializados en el grupo de electromecánica hurgarán desde sus ordenadores en las tripas de la escalera. Si pueden solucionarlo desde ahí, un viaje que se ahorran. Si no, enviarán a la estación a un técnico con una consigna parecida a "averiado motor siete de la escalera cuatro". Lo llaman "disminución del tiempo de resolución".
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