El primer susto del verano
Las dudas sobre la recuperación económica nunca han acabado de disiparse. Siempre han estado ahí. El escepticismo ha dominado a los mercados a pesar de que ha habido momentos en que los datos o las previsiones indicaban que la salida de la crisis estaba a la vuelta de la esquina.
Así que cuando llegan vaticinios como los de la Reserva Federal (Fed, el banco central de EE UU), que acaba de rebajar sus pronósticos, o la revisión pesimista que ayer hizo el Banco de Inglaterra de sus cálculos sobre el futuro de la economía británica, a los inversores les entra el miedo en el cuerpo. Las ventas se generalizan y los números rojos campan a sus anchas en los parqués. Con estos mimbres llegó ayer el tradicional susto agosteño de las Bolsas. Habrá que esperar para ver si le siguen otros.
Pero el miedo de ayer fue tal que las caídas superaron en más de un caso el 3%. El Ibex 35 fue el que más sufrió. El índice selectivo español se dejó un 3,21% y cerró en 10.374,8 puntos, muy lejos, de nuevo, de la barrera de los 11.000 que llegó a acariciar la semana pasada. Abengoa se convirtió en el valor peor parado. Perdió un 6,4%. Tras los títulos de la tecnológica, aparecen las constructoras Sacyr (-5,65%) y OHL (-5,64%).
Menos damnificados que el Ibex resultaron los índices de Reino Unido, Francia o Alemania, que se dejaron menos del 3%. Las dudas que hay sobre su recuperación económica británica son menores que los nubarrones que todavía acechan a la economía española.
Y en un día de turbulencias, los inversores acudieron a los activos que sirven de refugio: el bono alemán, el dólar y el oro.
En el caso de los mercados de divisas, se notó este movimiento considerablemente hacia los activos que la costumbre dicta que son más seguros. El euro se llegó a cambiar a 1,28 dólares, cuatro centavos menos que en la jornada anterior. También cedió terreno la libra esterlina.
El petróleo, por su parte, siguió abaratándose. El barril de brent, la referencia en el mercado europeo, se pagaba a 77,7 dólares, dos menos que el día anterior. Las dudas sobre la recuperación siempre acaban por lastrar a una materia prima fundamental en la actividad económica. El retroceso de ayer se suma al de otros días, y afloja la presión del petróleo, que en las últimas semanas se había encarecido en más de 10 dólares.
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