"Soy el mismo, no he cambiado"

Su voz monótona, su aspecto tímido, su forma de hablar aparentemente insegura... Por primera vez en esta pretemporada, Andrés Iniesta se sentó ante los medios de comunicación después de la sesión matinal de entrenamientos que realizó con el Barcelona. Era el mismo de siempre, pero parecía contento. "Vuelvo con más ganas que nunca y muy bien físicamente después de haber disfrutado del verano", aseguró para disipar cualquier duda sobre su estado de forma.

Fue el único de los ocho internacionales del Barça campeones del mundo con España que no fue convocado por Vicente del Bosque para el partido amistoso de anoche contra México. "Como precaución, para evitarle problemas", explicó el seleccionador. Ya le mantuvo en algodones durante la cita de Sudáfrica. Hubo incluso incertidumbre sobre si llegaría bien al Mundial cuando en abril sufrió una rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna derecha que le apartó de la competición hasta mediados de mayo. Muy justo, para un jugador que en el último año había sufrido una rotura en el recto anterior de la pierna derecha y otra pequeña, fibrilar, en la misma pierna y que se quejó de los isquiotibiales en uno de los últimos partidos amistosos de la selección, ante Polonia. Sin embargo, fue suficiente.

"Hay compañeros que están en mejor forma que yo para jugar la Supercopa el sábado"

Todos querían a Iniesta en el equipo español. "Con Andrés siempre cuentas. En el campo se ofrece y da soluciones de pase. Además, tiene gol. Y fuera es una persona excepcional", había dicho Xavi. "Lo tiene todo: regate, visión del juego, pase, disparo a gol. Es completo y, estéticamente, ligero. Parece que lo hace todo sin esfuerzo", agregaba Del Bosque. Iniesta no falló. Fue sustituido en el primer partido contra Suiza por unas molestias y no jugó el segundo, ante Honduras, pero fue determinante en todos los demás. Y decisivo en la final: marcó ante Holanda el gol que dio el título a España en el minuto 116.

"He pensado mucho en ese momento durante mis vacaciones", explicó el jugador de Fuentealbilla (Albacete), de 26 años; "es un recuerdo imborrable. Ganar el Mundial fue espectacular, algo que parecía inalcanzable para España y para todos nosotros y que logramos al fin. Estoy contento de haber formado parte de ese hito y voy a recurrir a él cuando me sienta bajo de ánimos. Me servirá para ganar confianza y sentirme más positivo en el futuro".

Puede que el gol le concediera un reconocimiento mundial que se le estaba resistiendo, pero lo que no consiguió fue cambiar su personalidad. "Sigo siendo el mismo de siempre", afirmó categórico; "tal vez soy más conocido, pero, para mí, nada ha cambiado". La profundidad de sus sentimientos quedó al descubierto con el gesto que tuvo tras el gol al mostrar una camiseta con la inscripción Dani Jarque, siempre con nosotros. El que fuera capitán del Espanyol, fallecido hace un año súbitamente, era amigo suyo: "Me salió de dentro. Lo tenía pensado porque estaba por encima de cualquier rivalidad de equipos. Quería significar que Dani también estaba allí".

Ahora, sin embargo, Iniesta está centrado en la temporada que está a punto de empezar y en ofrecer lo mejor de sí mismo al Barça. No descarta jugar la ida de la Supercopa española, el sábado, en Sevilla. "Pero hay varios compañeros que llevan entrenándose y compitiendo más tiempo y están en mejor forma", matiza este hombre que forma con Messi y Xavi un triplete determinante. "¿Si vendrán nuevos jugadores?", plantea cuando le piden su opinión sobre el alemán Özil, que sigue a la espera del sí de Pep Guardiola; "tiene personalidad y calidad para hacer las cosas bien. Si llega él o algún otro, será bienvenido. Pero, si no, hay jugadores del filial que tienen mucha ilusión y calidad. Si les das una oportunidad, no te fallarán. Y, entre todos, tiraremos de esto hacia delante".

Iniesta ha vuelto. Guardiola y Del Bosque pueden dormir tranquilos.