"Àngel plaent e iluminós"
La Basílica de Santa María de Elche volvió ayer a vibrar al son de la música y los cantos medievales del Misteri d'Elx en la Prova de l'Àngel. Cientos de espectadores acudieron al templo a ver esta tradición, la última prueba antes de las representaciones extraodinarias que comienzan esta noche. Los niños que cantan en los aparatos aéreos que descienden desde la cúpula, 30 metros, dieron la talla y no sólo se saben sus cantos y los interpretan en su tiempo y forma, sino que son capaces de hacerlo desde el vacío, bajando en soportes que sujetan viejas cuerdas o maromas que suben y bajan con poleas izadas a mano otros componentes del Misteri.
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