López se muestra comprensivo con las víctimas que rechazan la reinserción

El lehendakari, Patxi López, se mostró ayer comprensivo con aquellas víctimas de ETA que rechazan la política de reinserción de presos de la banda que está aplicando el Gobierno central y que se está materializado en la concesión de permisos especiales y la posibilidad de mejorar su situación a varios reclusos etarras que se han desmarcado claramente de la violencia y reconocido el daño que han causado. El lehendakari aprovechó ayer una comparecencia informativa en la última jornada de las fiestas de Vitoria para terciar por primera vez en el debate abierto por una política que ha levantado suspicacias en determinadas asociaciones de afectados, que la interpretan como un guiño a la banda. López tendió la mano a las víctimas y se solidarizó con su dolor: "Puedo entender que haya víctimas que no comprendan esto, sobre todo si les afecta directamente, lo entiendo perfectamente", destacó.

Sin embargo, a renglón seguido argumentó que el hecho de que se beneficien de este tipo de medidas excepcionales quienes se desmarcan con claridad de la violencia "no es nada malo".

Era la primera vez que el lehendakari abordaba públicamente esta cuestión desde que EL PAÍS publicase a mediados de julio pasado que siete disidentes de ETA internos en la prisión alavesa de Nanclares de Oca acceden a permisos regulares y aspiran a la prisión atenuada.

El PP no quiso polemizar entonces con el Gobierno central a cuenta de este asunto, del que dijo estar informados, pero sus dirigentes nacionales aconsejaron a los responsables de Instituciones Penitenciarias que "tuvieran más sensibilidad con las víctimas".

El lehendakari recordó que "la política penitenciaria tiene tres objetivos: hacer justicia, que los delincuentes reconozcan el daño causado a las víctimas y también la reinserción". Por ello, "no es mala noticia" que haya presos que reconozcan el daño que han hecho a sus víctimas, "que después rompan lazos con la banda terrorista y que efectivamente tiendan a la reinserción".

Respecto a lo que no quiso pronunciarse López es sobre si las muestras de arrepentimiento de los presos etarras han de tener un carácter público o si pueden quedarse en el ámbito estrictamente privado. "Son los jueces quienes autorizan ese tipo de movimientos [con los reclusos], ellos saben lo que hay", abundó.

- "Tolerancia cero". López, quien hace un año usó este mismo término en las fiestas de Vitoria para referirse a la lucha contra los apoyos a ETA en las fiestas vascos, aseguró que ahora es la sociedad "la que exige la tolerancia cero. Ya no es sólo un objetivo del Gobierno, lo es de la sociedad", enfatizó, en vísperas de la manifestación convocada por la izquierda abertzale ilegalizada para el próximo sábado en el primer día de la Semana Grande de San Sebastián.

- Contactos con Batasuna. El lehendakari calificó como "radicalmente falsa" la afirmación del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de que el PSE posiblemente esté manteniendo contactos con Batasuna. "Si él quiere mezclar su reunión con ese mundo con un maremágnum, que haga lo que quiera, pero está dando protagonismo a alguien que no se lo merece", aseveró. "La única reunión que esperamos con Batasuna es la que monten para decir que rompen con ETA".

- Políticas activas de empleo. El lehendakari volvió a situar en septiembre la posible transferencia de las políticas activas de empleo. "Soy optimista y creo que se conseguirá en septiembre, que no es una mala fecha", indicó un poco forzado.

- Selecciones vascas. López defendió la compatibilidad de las selecciones deportivas vascas y la presencia de las españolas en Euskadi. El PNV ha planteado entre sus reivindicaciones para apoyar los Presupuestos del Estado que se permita su presencia en competiciones internacionales. "Lo anormal es haber esperado 30 años para que la Vuelta Ciclista a España pase por aquí o para ver jugar" a La Roja, resaltó López, sugiriendo que es el PNV el que ha de mostrar más respeto por los demás.Con los buenos datos económicos de los últimos meses en la mano, el lehendakari, Patxi López, se mostró satisfecho de la marcha de Euskadi hacia el fin de la crisis en cuanto a crecimiento del PIB y, sobre todo, del empleo. En ese contexto de recuperación lenta, pero sostenida, de la industria y de los mercados, basicamente los exteriores, López defendió la fusión de las tres cajas más como una demanda de la sociedad vasca que como un proyecto empresarial.

Defendió que se trata de disponer de un instrumento fuerte para responder mejor a las propias exigencias del tejido industrial y económico de la comunidad autónoma. "Las cajas tienen que dar mayor respuesta a las necesidades de la sociedad, del empresariado y del tejido económico. Cada vez más se está demandando financiación para grandes operaciones, se necesitan grandes avales y eso sería más fácil si las tres cajas estuvieran juntas", incidió.

Pese a todo, López mantuvo un discurso de prudencia y respeto a las decisiones que puedan adoptar los presidentes de las tres entidades: Mario Fernández, de BBK, que recientemente ha adquirido Cajasur; Xabier Iturbe, al frente de Kutxa, y el nuevo máximo mandatario de la Vital, Carlos Zapatero, que relevó en julio a Gregorio Rojo.

Tras reconocer que la actualización de la ley de Cajas vasca, que tendrá que seguir en próximas fechas [Economía entiende que la nueva normativa puede estar lista en medio año] a la reciente modificación de la legislación nacional al respecto en el Congreso de los Diputados, va a suponer una nueva oportunidad para afrontar la unificación, el lehendakari explicó que "si los presidentes deciden avanzar en esa dirección" habrá cambio de la ley autonómica. "Vamos a favorecer todo lo posible que se materialice el modelo que elijan, o bien una alianza estratégica o bien la fusión", destacó.

López, quien ha confiado al presidente de la BBK un papel reelvante en su Consejo Asesor para asuntos económicos, se mostró convencido de que en los tiempos que corren y en el mundo financiero "el tamaño y la solvencia son importantes". En ese momento, aprovechó para reiterar que si la solvencia de las tres entidades se halla fuera de toda duda después de los exigentes test de resistencia a los que se ha sometido a la banca europea, la asignatura pendiente es "ganar tamaño".

"La solvencia y el tamaño de las tres cajas sumadas nos haría ser muy potentes y muy competitivos", aseguró, tras destacar que el empresariado vasco se merece una caja de más entidad para hacer frente a retos mayores. "Pero haremos lo que digan los tres presidentes" reiteró. "Creo que la política debiera inmiscluise lo menos posible", concluyó.