Blackberry negocia con Arabia Saudí para salvar su móvil
Los usuarios del aparato en el reino árabe sufrieron algunas interrupciones
Las aguas parecen volver poco a poco a su cauce en el litigio que enfrenta a Research In Motion (RIM) y los reguladores en varios países en Oriente Próximo, que exigen acceso a la información codificada que se transfiere a través de la Blackberry. El temido apagón no se produjo ayer en Arabia Saudí, y las autoridades del país árabe negocian ahora para cerrar un compromiso.
Algunos usuarios del dispositivo que fabrica la empresa canadiense, muy popular entre clientes corporativos, sufrieron interrupciones en los servicios de mensajería durante un par de horas en Arabia Saudí, pero no había confirmación de que eso estuviera vinculado a un eventual bloqueo impuesto por el supervisor de las telecomunicaciones en Riad, porque las Blackberry funcionaban con normalidad.
La existencia de servidores en EE UU y Reino Unido crea desconfianza
El reino saudí es uno de los países que en la última semana expresaron su preocupación por el sistema que utiliza RIM, que dota a las Blackberry del protocolo de codificación de datos más potente del sector. Esos datos ocultos se exportan a su vez a servidores en Canadá, EE UU y Reino Unido, lo que imposibilita a las autoridades locales acceder a la información.
RIM insiste en que el teléfono está diseñado precisamente para eso, para evitar que cualquier persona o institución pueda acceder a los datos. Y se niega en rotundo a facilitar la llave. Entre tanto, desde el Gobierno canadiense se asegura que se están haciendo "progresos" con Arabia Saudí para evitar el apagón y lograr un acuerdo que sea satisfactorio para las partes.
Si finalmente se encuentra una salida, sin duda será seguida con detalle por los países que en la región reclaman acceso a esos datos, como Emiratos Árabes, Kuwait, Líbano y ahora Argelia. Indonesia e India están también en discusiones. Una solución pasaría por rebajar el nivel de protección de los usuarios locales, como ya se hace con los clientes no corporativos.
Se trata, además, de una cuestión de desconfianza, porque RIM podría estar aplicando un doble rasero, al permitir que haya servidores en suelo estadounidense y británico. El temor es que eso facilite a los servicios de espionaje de esos países acceder a la información codificada. Francia prohibió hace tres años el uso de las Blackberry entre sus altos funcionarios.
Robert Atkinson, presidente de la Information Technology & Innovation Foundation, opina que lo visto durante los últimos días evidencia el reto al que se enfrentan firmas que como RIM operan a escala global. Y opina que este caso pone de relieve el difícil equilibrio al que se enfrentan los Gobiernos al trazar la línea que separa la privacidad del acceso a la información por motivos de seguridad.
"No es fácil, y esta especie de juego de equilibrios e intereses se hace cada vez más complicado con la proliferación de nuevos dispositivos y tecnologías de telecomunicaciones", opina este experto.
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