Medvédev: "Miré por la ventana y la situación era monstruosa"
Una nube de humo cubre Moscú y obliga a cerrar oficinas y cancelar vuelos
"Miré por la ventana y la situación era monstruosa". Con estas palabras, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, describió ayer su primera sensación al despertar, que sin duda era compartida por la mayoría de los moscovitas.
La capital de Rusia amaneció envuelta en una capa de humo que se fue haciendo más densa a medida que pasaban las horas. La concentración de sustancias tóxicas en el aire superó cinco veces la norma permitida y las autoridades sanitarias del Estado recomendaron abandonar la ciudad a todo el que pudiera hacerlo.
El humo obligó a cerrar negocios y oficinas y alteró el ritmo de los aeropuertos, que, en vista de la escasa visibilidad, se vieron obligados a prohibir aterrizajes. Esto afectó a cerca de medio centenar de vuelos, sobre todo en los aeropuertos internacionales de Domodédovo y Vnúkovo. La situación, sin embargo, se fue normalizando algo durante la tarde, aunque Moscú volvía a superar un récord histórico de calor para el día de ayer cuando los termómetros superaron los 38,2 grados. El número de viandantes era escaso. Entre los que se atrevieron a salir a la calle, muchos llevaban mascarillas. El humo provocaba irritación en los ojos y en las gargantas incluso en el interior de locales acondicionados.
Las sustancias tóxicas en el aire superan cinco veces lo habitual
La visibilidad en las carreteras se redujo de 500 metros a apenas 50
La visibilidad en las carreteras, de menos de 500 metros por la mañana, disminuyó a 40-50 metros a mediodía, lo que produjo largos atascos de circulación. Los responsables del tráfico recordaron a los automovilistas la obligación de encender los faros antiniebla. Pero la visibilidad no solo disminuyó al aire libre, sino también en el metro, el principal sistema de transporte de la capital, donde en ocasiones era difícil leer los letreros, e incluso en el interior de los domicilios con ventanas abiertas. Las autoridades municipales tomaron medidas tardías para aliviar las molestias de los ciudadanos, entre ellas regar diariamente las zonas verdes (en muchos casos requemadas e irrecuperables) y las calles. También decidieron disminuir a 50 grados la temperatura del sistema de agua caliente centralizado que, al circular por las cañerías de los edificios, convierte los cuartos de baño en focos de intenso calor. Ayer se suspendió la navegación por el río Moscova, uno de los atractivos turísticos veraniegos de la capital, y para hoy se ha suspendido la exhibición de la guardia del Kremlin con uniforme de gala y a caballo que tiene lugar cada sábado.
Los pronósticos indican que el humo se mantendrá hasta el martes, mientras el viento no cambie de dirección. De la zona de San Petersburgo se espera para entonces la llegada de un frente frío que hará bajar la temperatura hasta los 30 grados y cambiará la dirección del viento, hoy del este y sudeste, a norte y noroeste. Por otra parte, el vicejefe del Gobierno ruso, Igor Shuválov, manifestó que la prohibición de exportar cereales decretada el jueves puede ser revisada en función de la cosecha. El alto funcionario manifestó que la prohibición de exportar, vigente del 15 de agosto al 31 de diciembre, se hace extensiva también a los países de la Unión Aduanera (Kazajistán y Bielorrusia). "Los cereales deben quedarse dentro de Rusia hasta que el Gobierno no tome otra medida", dijo.
Según datos del Ministerio de las Regiones, los incendios han destruido más de 1.900 hogares y han dejado sin techo a 3.500 personas. Al menos cincuenta personas han perecido por los fuegos, que se extienden en una superficie similar a la de Portugal.
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