El fuego concede una tregua

El fuego está respetando el campo andaluz de momento. El año pasado, entre el 1 de enero y el 5 de agosto, se habían registrado ya en la comunidad 580 siniestros en suelos forestales, de los que 453 se quedaron en conatos (no afectaron a más de una hectárea) y 125 sí llegaron a la categoría de incendio. En el mismo periodo de este año, el Infoca ha realizado 288 actuaciones, de las que 223 se han quedado en conatos y 65 han llegado a convertirse en incendios, lo que significa que se han producido la mitad de incidentes que en 2009.

Y las llamas han afectado hasta ahora a bastante menos superficie de masa forestal en Andalucía. En los 288 fuegos desencadenados en lo que va de 2010 han ardido 405,63 hectáreas, 9.694,97 menos que en el mismo periodo del año anterior. Además, el 93,6% de la superficie quemada hasta ahora es de matorral, con un menor valor ecológico y más fácil de recuperar tras un incendio.

"Ahora estamos en alto riesgo", alerta el consejero de Medio Ambiente

Pero estos datos hay que tomarlos con precaución, porque hoy mismo puede saltar la maldita chispa capaz de desbaratar cualquier estadística. Como ocurrió a mediados de julio del año pasado en Sierra Cabrera, en la provincia de Almería, donde un incendio arrasó 2.600 hectáreas.

Los responsables del dispositivo Infoca -en el que participan unas 4.700 personas en este momento- cruzan los dedos porque se ha entrado en un momento de alerta. "Estamos en situación de alto riesgo, hay que recordar que el mes de julio ha sido el más caluroso de los últimos 60 años", recordó ayer el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo.

El titular de este departamento, del que depende el operativo andaluz de extinción de incendios, achaca la reducción del número de siniestros y de las hectáreas afectadas al trabajo de los miembros del Infoca, a las labores preventivas de limpieza de los montes realizadas durante el invierno y a la colaboración ciudadana. Sin embargo, Díaz Trillo tampoco le resta importancia a las condiciones climatológicas.

Las lluvias de este año en la comunidad hicieron temer que hubiera un rebote negativo durante el verano. Al llover tanto, los montes han acumulado pastos, que hacen de combustible cuando se desencadena un incendio y provocan que las llamas se propaguen más rápido. Sin embargo, las abundantes precipitaciones también han hecho que el punto de mayor estrés hídrico de la vegetación se retrase y la masa forestal haya permanecido durante más tiempo verde, es decir, menos vulnerable al fuego. Por lo tanto, Medio Ambiente no descarta que lo que se esté produciendo este año es un retraso en el momento de mayor incidencia de los incendios forestales en la comunidad.

Intentar predecir cómo se desarrollará la campaña de fuegos es bastante complicado al coincidir muchas variables climatológicas. Por ello, Díaz Trillo quiso ser ayer "muy prudente" con los datos "positivos" de este inicio de la temporada de más riesgo. Sin embargo, en lo que sí se puede incidir es en el factor humano y en la concienciación de los ciudadanos. Según el titular de Medio Ambiente, detrás de más de la mitad de los incendios y conatos registrados en Andalucía hasta el 5 de agosto está el hombre, ya sea por despistes, negligencias o por fuegos intencionados. Además, actualmente se está investigando el 40% de los 288 fuegos desencadenados.

Díaz Trillo aplaudió ayer el incremento de la concienciación ciudadana, que hace, por ejemplo, que la mayoría de alertas sobre incendios lleguen a través de llamadas al 112.