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Un complicado protocolo

El protocolo es, en principio, una herramienta para facilitar las relaciones sociales y ordenar las ceremonias oficiales, aunque a veces consigue justo lo contrario. Fue lo que ocurrió ayer cuando los periodistas que cubrían el acto trataron de conseguir declaraciones de la consejera Isabel Celaá. Si el año pasado realizó toda una completa declaración institucional, ayer se negó inicialmente a pronunciar palabra alguna ante los micrófonos.

El motivo de este rechazo, que fue acogido con desconcierto por los periodistas, hay que buscarlo en las buenas formas. Según explicaron fuentes de la consejería de Educación, Isabel Celaá no acudió al acto en calidad de lehendakari en funciones porque Patxi López está trabajando en EE UU y no de vacaciones, como ocurrió el año pasado, cuando la titular de Educación sí desempeñó ese papel institucional.

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Así las cosas, ayer la máxima autoridad presente en la celebración era el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, y no ella, que ejercía el papel de representante del Gobierno vasco. Por tanto, hubiese sido incorrecto "quitar protagonismo" a Olano pronunciando ella las primeras palabras. Finalmente, el diputado compareció en primer lugar ante los medios poco antes de subir al autocar que les llevó al casco urbano de Azpeitia tras la misa celebrada en la Basílica. Minutos más tarde lo hizo Celaá.

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