Woerth niega la financiación ilegal de la campaña electoral de Sarkozy
El ministro de Trabajo es interrogado durante ocho horas por el 'caso Bettencourt'
El ministro de Trabajo francés, Eric Woerth, en el centro del escándalo político-financiero conocido como caso Bettencourt, declaró ayer durante unas ocho horas ante los agentes de la brigada financiera, que se desplazaron hasta el Ministerio para la ocasión. El político, que ha sido interrogado en calidad de testigo en la investigación abierta por las revelaciones de las escuchas ilegales realizadas en el domicilio de la mujer más rica de Francia, ha negado "todas los sospechas de conflicto de intereses y de financiación ilegal", según afirmó su abogado.
"Ha negado con un vigor y una energía particular haber recibido cualquier tipo de financiación política no conforme a la ley", declaró su abogado, Jean-Yves Le Borgne, tras el interrogatorio. Con esta frase el letrado, que no estuvo presente en el largo interrogatorio, se refería a las explosivas declaraciones realizadas a la policía por la ex contable de Liliane Bettencourt, Claire Thibout, a principios de mes.
El ministro fue tesorero del partido de Sarkozy durante ocho años
Esta asegura que Patrice de Maistre, gestor de la fortuna de la dueña de L'Oréal, le había pedido en enero de 2007 unos 150.000 euros en efectivo para entregar a Woerth en su calidad de tesorero del partido conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy, cantidad destinada a financiar la campaña presidencial de 2007. El ministro dimitió como tesorero a raíz del escándalo.
La segunda acusación negada por el ministro se refiere a su intervención en la contratación de su esposa, Florence Woerth, como asesora financiera de la millonaria cuando él era titular de Presupuesto y Cuentas Públicas. Según se desprende de las escuchas ilegales realizadas por el antiguo mayordomo de la millonaria Liliane Bettencourt entre mayo de 2009 y mayo de 2010, Woerth le habría pedido a Maistre ese favor. En una entrevista al dominical Le Journal du Dimanche, Maistre reconoce que el ministro le pidió entrevistarse con su esposa -quien fue interrogada a su vez la semana pasada-, pero que en ningún momento le presionó para que la empleara.
"En el marco de conversaciones banales ha podido evocar la profesión de su esposa con el señor De Maistre dada la formación similar de ambos", señaló a este respecto el letrado de Woerth.
Las cintas en principio estaban destinadas a probar que, como denuncia la hija de Liliane Bettencourt, el fotógrafo Michel-François Banier se estaba aprovechando de la anciana millonaria (87 años) para sacar beneficios personales de su enorme patrimonio. Pero en ellas parecen además hallarse indicios de un posible delito de fraude fiscal por parte de Bettencourt.
Liliane Bettencourt tendría al menos dos cuentas bancarias en Suiza no declaradas al fisco francés por valor de unos 78 millones de euros. Los investigadores tienen que determinar si Woerth, como máximo responsable de la lucha contra el fraude, hizo la vista gorda ante estos presuntos delitos de evasión fiscal.
Con su larga declaración, Woerth espera haber respondido a las acusaciones que le salpican desde que se filtraron las escuchas ilegales a la prensa a mediados de junio. Ni la dimisión de su esposa como empleada de la empresa que gestiona la fortuna de Bettencourt, ni la suya como tesorero de la UMP, puesto que había ocupado durante ocho años, han logrado amainar la tempestad política. El ministro debería ahora centrarse en la reforma del sistema de jubilaciones, la gran reforma del Gobierno de Sarkozy, que tendrá que defender en el Parlamento después del verano.
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