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Reportaje:

Perdones que cuestan la vida

Ante casos como el de Amelia Jiménez, que denunció a su agresor pero volvió a convivir con él, las instituciones piden "valentía" para no dar marcha atrás

Desde hacía dos años, Amelia Amaya Jiménez, la última víctima mortal por violencia de género en el País Vasco, sufría malos tratos. El pasado mes de mayo se atrevió a denunciar a su pareja en una comisaría de la Ertzaintza, según Interior. Tuvo la "valentía", que ayer pedía la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas de Violencia de Género del Gobierno vasco, Mariola Serrano, de intentar poner freno a continuos malos tratos con el objetivo de encaminarse "hacia una vida libre de violencia".

La decisión que tomó Jiménez a principios de mayo se truncó el pasado domingo cuando, presuntamente, Antonio G. J., el que había sido su pareja, le propinó una paliza que acabó con su vida. La víctima y su agresor "habían retomado algún tipo de relación", según fuentes de la investigación, ya que ambos se dirigieron juntos al domicilio donde se produjeron los hechos. Una vivienda del barrio bilbaíno de Txurdinaga cuya propietaria es la madre del ahora principal sospechoso. Jiménez tenía que haber recogido la orden de alejamiento de su pareja el pasado día 13. La medida de protección fue dictada por un juzgado a raíz de la denuncia que interpuso la víctima en mayo. Además, sobre su agresor pendía una orden de localización, según informa Efe.

El Ayuntamiento de Bilbao se personará como acusación popular
Ocho de las víctimas mortales de 2009 quisieron parar el proceso judicial

Serrano recordaba en las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbao, después de asistir a la concentración en repulsa del crimen, que "muchas veces nos encontramos ante esta situación. No es algo excepcional porque en el camino hacia una vida lejos de sus agresores, muchas veces las mujeres sienten debilidad. Una situación que les hace dar marcha atrás y volver con su agresor". Los colectivos que trabajan con mujeres víctimas de la violencia de género apuntan que existen determinados factores, como la dependencia psicológica o económica respecto a sus agresores, que entorpecen tanto la protección de las mujeres como los procedimientos judiciales abiertos una vez interpuesta una denuncia por las renuncias o perdones de las víctimas.

Precisamente, el último Informe sobre Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), correspondiente a 2009, recoge por primera vez las actuaciones judiciales efectuadas previas al asesinato de las víctimas. Del estudio se desprende que de las 55 mujeres asesinadas en toda España el año pasado, 17 habían denunciado a su agresor. De estas, ocho expresaron en algún momento del proceso judicial que no querían continuar con el mismo, según recoge el CGPJ.

Este tipo de situaciones, subrayó la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, imposibilitan "la protección de la mujer porque ha ido al foco del conflicto". A pesar de que los vecinos del inmueble donde Jiménez fue asesinada aseguraban el lunes que los malos tratos eran constantes, la víctima, según la Ertzaintza, no presentó a partir de la denuncia de mayo ninguna otra que alertase a los agentes de que el agresor había incumplido la pena de alejamiento que se le había impuesto y que las palizas habían vuelto. Determinar el número total de órdenes de protección quebrantadas es imposible, señalan desde el CGPJ.

En el primer trimestre de 2010, en el País Vasco, se han cometido, de un total de 845 delitos instruidos por violencia de género, 69 violaciones de las medidas de seguridad impuestas por el juez. Suponen el 8,2% del total, pero, como señalan las mismas fuentes, "son sólo aquellas que las víctimas o algún familiar han remitido o las que la propia policía ha podido constatar".

Prevención y mano dura con el delito

"Lo que ha ocurrido es una tragedia que no debe consentir la sociedad. Ante esta lacra de la violencia de género tenemos que ser firmes con más prevención y castigando sin miramientos el delito". Tras cinco minutos de concentración en silencio en repulsa por el asesinato de Amaya Jiménez a manos presuntamente de su pareja el pasado domingo en Bilbao, el alcalde de la ciudad, Iñaki Azkuna, pedía "inflexibilidad" ante este tipo de delitos.

Azkuna que encabezó la concentración estuvo acompañado por representantes de las diversas corporaciones del Consistorio, que acordaron una declaración conjunta, y por otras personalidades del mundo de la política, como la directora de Emakunde, María Silvestre, y la de la Oficina de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, Mariola Serrano.

En la misma idea de tolerancia cero incidió el Ejecutivo vasco, su portavoz, Idoia Mendia, apuntó, tras el Consejo de Gobierno, que para "acabar con esta lacra" es necesario que los ciudadanos manifiesten su total repulsa en la calle por los casos de violencia machista.

Por su parte, el PNV recordó la importancia de impulsar, tanto en el seno familiar, como en las aulas, unos valores educativos que pongan freno a estas actuaciones y el PP señaló en un comunicado que el "terrible crimen" debe obligar a las instituciones públicas a tratar la violencia de género como una "prioridad".

Además, una treintena de ciudadanos, en su mayoría mujeres, se unieron a los políticos en la concentración de Bilbao. Entre ellos, se encontraba Carmen Borja, la presidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi, que rechazó el asesinato de Jiménez y recalcó que la violencia de género no distingue de etnias (tanto Jiménez como su supuesto agresor eran gitanos). "Hay que evitar estas muertes. Vivimos en una época muy avanzada para que ocurran estos casos, que actúe un poquito más la justicia. El hombre tenía una orden de alejamiento y se podría haber evitado", subrayó Borja.

Al cierre de esta edición los tres detenidos, el supuesto agresor, Antonio G. J., y su madre y su hermano, también arrestados por un posible delito de encubrimiento, ya habían pasado a disposición judicial y se encontraban a la espera de que el juez decida si ingresan o no en prisión.

El Ayuntamiento de Bilbao, por su parte, anunció también ayer que se personara como acusación popular por la muerte de Jiménez.

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