Fraga apremia a Feijóo para inaugurar "cuanto antes" el Gaiás
El ex presidente defiende que el macrocomplejo "estuvo muy bien planteado"
Cuatro años después, Manuel Fraga volvió a Galicia para someterse a un coloquio con periodistas y representantes de eso que se ha dado en llamar sociedad civil -a saber: portavoces de colectivos, empresarios y políticos (en activo y de los que ya se fueron)- en el Hostal dos Reis Católicos. La cita convocada por el Foro Nueva Economía no hizo gracia a la dirección del PP gallego y mucho menos a su presidente, Alberto Núñez Feijóo, temeroso de que el veterano senador pudiese sacar los pies del tiesto en algún asunto espinoso, por ejemplo el Estatuto.
Fiel a su costumbre, el ex presidente de la Xunta no rehuyó ningún tema. Hubo estopa para Zapatero, "para la situación lamentable que ha creado Cataluña, o mejor dicho algunos de sus dirigentes", para "el aborto Aído, una grosería jurídica, política y moral insoportable", cuya ley Fraga propone revisar, no derogar, igual que la de los matrimonios gays, "para que no se pueda abusar" de estas dos normas. Y hubo a su vez, consejos para el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, e incluso para Alberto Núñez Feijóo, sentado a su lado y encargado de presentarlo en el acto.
"La ley del aborto es una grosería legal, ética y política que hay que revisar"
El mensaje que envió el presidente fundador del PP a Mariano Rajoy fue evidente, el último de una serie de advertencias que Fraga lleva meses lanzando a propósito de la corrupción que atenaza al partido en algunas comunidades como Valencia o Baleares. El veterano dirigente empezó explicando que la política la hacen las personas y que como tales éstas tienen "tentaciones humanas y divinas". Eso ha producido que "por desgracia se hayan producido casos de corrupción. "Lo que hay que hacer es corregirlos cuanto antes y sin espera", dijo sumándose al coro de voces internas que acusan al líder de la oposición de inacción en casos como el del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, e incluso el caso Gürtel en sus ramificaciones valencianas.
El recado a su sucesor fue a propósito de la Cidade da Cultura. Fraga se mostró "muy partidario de concluir su construcción para inaugurarla cuanto antes". Frente a la distancia que guarda Feijóo con este proyecto que le tocó heredar, el ex presidente gallego defendió que "estuvo muy bien planteado" desde que nació y que cuando por fin se estrene "va a ser un orgullo de Galicia". No puso objección a que su nuevo uso como contenedor de varios departamentos tecnológicos de la Xunta de Galicia.
Esa prisa de Manuel Fraga contrasta con la decisión del actual Gobierno autónomo de mantener paralizados los dos edificios que quedan por construir a la espera de que mejore la coyuntura económica. Sí se mostró más comprensivo ante la ralentización de otras obras públicas como las infraestructuras viarias, en su respuesta al Colegio de Ingenieros de Caminos, puesto que "en tiempos de crisis no se puede gastar lo que no hay", si bien manifestó que se debería seguir invirtiendo en este campo.
En contra de lo que hizo hace semanas, Fraga no se opuso a reformar el Estatuto, pero matizó que "no hay que cambiarlo para tender al federalismo". Abogó por el Estado de las Autonomías como "el término medio que más conviene a España y a Galicia" y dejó abierta la fórmula. "El Estatuto puede y debe ser cambiado, pero estos días estamos viviendo el problema económico que se plantea si no hay quien controle el gasto y los ingresos de las autonomías, y en este momento nos han dado un sablazo y nos han quitado el dinero de una manera vergonzosa. Si siguen por ese camino, las autonomías no serán tierras federales". Antes había dejado claro que, a su juicio, Galicia no es una nación.
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