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Reportaje:

Amargo retorno a casa

Los cooperantes accidentados en Perú vuelven a casa en buen estado físico pero con el dolor por la pérdida de María José Such

Alan Santonja, Silvia Albert y Sergio Serra volvieron ayer a Xàtiva, en la fecha que habían marcado tras un periplo como cooperantes en la zona de Cuzco, en Perú, donde debían participar en varios proyectos solidarios con una pequeña ONG local. Pero en vez de un retorno cargado de aliento y experiencias enriquecedoras lo hicieron en una ambulancia, tocados física y moralmente, tras la amarga experiencia de caer con el microbús en el que viajaban por un terraplén eterno en el que murieron cuatro compañeras, entre ellas María José Such, vecina de Navarrés y esposa de Alan. Los restos de la joven fueron enterrados en su localidad, el pasado 12 de julio, tras una confusión en la identificación del féretro con el de una cooperante madrileña, lo que dilató el proceso y agregó dolor a la familia.

Los jóvenes fueron directos al hospital de Xàtiva
No quieren homenajes, sino descansar, señala un familiar

Faltaba que los otros tres voluntarios valencianos, todos setabenses, pudiesen regresar tras mejorar de las heridas y cumplimentar los trámites burocráticos. Ayer volvieron en avión de Perú, acompañados del médico de Cuzco que les ha atendido estos días. Aterrizaron en Manises sobre las cinco de la tarde, para trasladarse posteriormente al hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva, donde se les hizo un chequeo. Un recibimiento muy discreto, por expreso deseo de los jóvenes, deseosos de descansar y de dejar atrás cuanto antes una vivencia atroz. En la puerta de urgencias, un puñado de familiares de Silvia, incluyendo sus sobrinos, a los que pidió ver. Y algunas compañeras de la joven, empleada en ese mismo hospital. Abrazos y lágrimas, por la tensión acumulada en casi un mes de calvario. Tanto la joven como Sergio, su marido, bajaron de las ambulancias por su propio pie. Su aspecto, a simple vista, era bueno, aunque sus familiares quedaron impresionados por la delgadez de Silvia y por el rastro de las heridas todavía visibles en el rostro. Alan, que tenía las lesiones más graves, entre ellas una fractura astillada en la base del cráneo, entró en silla de ruedas. Aunque su estado es razonable y ha podido hacer el viaje con sus amigos, todavía está noqueado por la pérdida de su esposa. Las familias de Sergio y Alan volvían ayer de Perú en otro vuelo.

A última hora de la tarde a Sergio y Silvia se les dio el alta, mientras que Alan permaneció ingresado. Se espera sin embargo que hoy o mañana pueda abandonar el centro. "Los hemos visto mejor de lo que pensábamos, porque nos habían dicho que Sergio estaba delicado. Aun así, impresiona, porque solo habíamos hablado por teléfono. Teníamos ganas de verlos. Por lo menos ya los tenemos en casa y es importante", resumió José Vicente Pascual, cuñado de Silvia. Aunque se ha especulado que el centro Junior al que pertenecen les estuviera preparando un homenaje, Pascual avanzó que "no tienen ganas de homenajes, lo que quieren es descansar". El consejero de Solidaridad, Rafael Blasco, y el alcalde de Xàtiva y presidente de la Diputación, Alfonso Rus, acudieron al hospital para interesarse por los heridos.

Sergio Serra, a la derecha, ayer a la puerta del hospital de Xàtiva, donde fue recibido por familiares y amigos.
Sergio Serra, a la derecha, ayer a la puerta del hospital de Xàtiva, donde fue recibido por familiares y amigos.X. A.
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