Payeses en el negocio de los carburantes

La familia de Josep Maria y Pere Torrens siempre fue payesa. Ellos mismos nunca han dejado de serlo, a pesar de dirigir Petromiralles, el séptimo operador de carburantes de España por volumen de ventas (según datos del año 2009, nada más y nada menos que 951 millones de litros distribuidos) y con acuerdos con compañías del sector de prácticamente todos los países de la Unión Europea. Para comprobar la diferencia en la gestión de Petromiralles con muchos de sus iguales en el mundo de la empresa basta con respirar el ambiente de trabajo que se vive en las oficinas centrales de la compañía, ubicadas en pleno campo, en el municipio de Santa Maria de Miralles (Barcelona), junto a la estación de servicio en la que todo empezó en 1967.

Proyectos

La compañía está presente en 14 comunidades autónomas

En aquel año, y cansado el patriarca de los Torrens de la dura vida del agro, decidió montar, junto con su mujer, una gasolinera y un modesto restaurante, el mismo en el que hoy comen, cada día, muchos de los empleados de la central y que entonces era un aislado, pero transitado, cruce de carreteras que unía las poblaciones barcelonesas de Valls, Vilafranca del Penedès e Igualada. Josep Maria aún recuerda cómo antes de levantar aquella primera estación de servicio ya vendían bidones de combustible a los payeses de la zona que poseían tractores y/o camionetas. "Luego compramos un camión, pero, al principio, cuando utilizábamos un carro, teníamos que cargar a pulso los bidones".

Josep conoce a todos sus trabajadores por sus nombres, sabe de las circunstancias personales de muchos de ellos. "Formamos una gran familia. Tratamos de valorar el trabajo de cada cual, que la gente se sienta implicada en el proyecto", dice. El emprendedor transmite energía y actividad constante. "Siempre tratando de mejorar. Para una empresa de nuestro tamaño es cuestión de supervivencia invertir en innovación, estar a la última sobre lo que pide el mercado... o pedirá".

Un ejemplo es la incursión de la compañía en el segmento de la energía solar, con un huerto solar instalado cerca de las oficinas centrales. "Con los 300 kilovatios/hora que producimos allí damos servicio a todo el valle"; o en el uso de biodiésel, del que Petromiralles fue pionero en España allá por el año 2002 ("Vimos la posibilidad de negocio, encontramos un proveedor en la empresa Stocks del Vallès e iniciamos su comercialización mezclando el biodiésel con gasóleo convencional. Al principio todo tuvo un mucho de ensayo/error/acierto. Así fuimos avanzando. Al final, la acogida fue positiva, la demanda creció y, paulatinamente, comenzamos a distribuir diésel ecológico por toda España").

A la hora de sondear el pulso del mercado, en Petromiralles están muy atentos a los comentarios que llegan a sus oídos y las peticiones de sus clientes, sobre todo de sus principales usuarios: los camioneros. "Sugerencia de ellos fue la instalación de lavadoras, duchas o microondas en nuestras gasolineras", dice. Y es que a los profesionales de la quinta rueda hay que cuidarlos, pues, con su consumo de gasóleo mantienen gran parte de la facturación de la firma, "un 70% de nuestras ventas se hacen en gasóleo a flotas de transporte y también a empresas de construcción, industrias, cooperativas, comunidades de vecinos, barcos de carga", explica Torrens.

Las gasolineras de Petromiralles están repartidas por 14 comunidades autónomas. Y basta mirarlas para comprobar cuán importante es para la compañía trabajar con los profesionales de la ruta. Dos ejemplos son los surtidores que la compañía tiene en Llers y en Figueres (Girona), al servicio de las grandes flotas de transporte internacional, y en el muelle de inflamables del puerto de Barcelona. Petromiralles mima al transportista, estudia cuáles son sus rutas habituales o, pensando en el ahorro en el llenado de los depósitos de los camiones, crea tarjetas de fidelización con descuentos de hasta nueve céntimos por litro de gasóleo. "Los descontamos en el mismo momento en que se paga en caja. Además, tenemos acuerdos de colaboración con flotas de transporte internacionales para que, a su paso por España, reposten en nuestras gasolineras".

La inquietud por el mundo en que vivimos ha llevado también a los Torrens a financiar una escuela infantil en Costa de Marfil; a promocionar y a patrocinar actividades deportivas para niños, jóvenes y mujeres; al apoyo a entidades dedicadas a la integración social de discapacitados psíquicos o a dejar crecer hierba en torno a las placas del huerto solar para así permitir que no les falte comida a conejos y pájaros.