El imán de Lleida critica el cierre del oratorio y pide calma a sus fieles
El Ayuntamiento de Reus se suma a la prohibición del velo integral
El imán Abdelwahab Houzi, que dirige los oficios religiosos en la mezquita del Nord de Lleida, clausurada el miércoles por el Ayuntamiento por exceso de aforo, ha pedido calma al colectivo musulmán a la espera de que prosperen las gestiones para conseguir la apertura del oratorio lo antes posible. El imán, a través de Unión y Cooperación Islámica de Lleida, entidad que regenta el local clausurado -un antiguo garaje de camiones utilizado como mezquita desde hace 10 años-, presentó ayer en el registro municipal las alegaciones contra el cierre, que el Ayuntamiento estudiará a partir del próximo lunes. El Consistorio ha pedido al líder religioso del principal colectivo musulmán de Lleida un plan para controlar el aforo de la mezquita, que es de 240 personas.
"Les he explicado que en la paciencia está la victoria", señaló el imán
Unos 2.000 fieles rezaron bajo una marquesina al aire libre del recinto ferial de los Camps Elisis, cedida por el Consistorio, ante la presencia de numerosos medios de comunicación. Al final del sermón, efectuado íntegramente en lengua árabe, Houzi se dirigió en castellano a los 2.000 fieles asistentes para pedirles "calma" y "paciencia". "Los he visto preocupados y muy nerviosos por la medida municipal y he creído oportuno tranquilizarlos para que no haya problemas. Les he dicho que en la paciencia está el camino de la victoria", dijo el imán.
"Queremos volver a rezar en la mezquita y en el escrito de alegaciones nos hemos comprometido a controlar los días normales que el local no supere el aforo autorizado", agregó Houzi. Hasta el 14 de septiembre, el colectivo musulmán tiene permiso para rezar los viernes en un espacio municipal. Acerca de la propuesta del alcalde, Àngel Ros, de que pueden rezar en casa mientras el oratorio esté precintado, Houzi replicó que el rezo no es una cuestión política, sino religiosa, y que los musulmanes tienen derecho a hacerlo en comunidad porque así lo impone el islam.
Siguiendo precisamente la estela del Consistorio de Lleida, el Ayuntamiento de Reus (Baix Camp) se sumó ayer a la lista de municipios que prohibirán el uso del velo integral en los edificios municipales. "Se hará, pero sin prisas y cuando nos parezca oportuno", señaló el alcalde de la localidad, el socialista Miquel Pérez. Fuentes municipales precisaron que la prohibición no se tramitará, como mínimo, hasta después del verano.
La medida se pactó en el pleno municipal tras semanas de debates entre el equipo de gobierno -integrado por el PSC, ERC e ICV- y la oposición, especialmente CiU y el PP. Estos dos grupos exigían que el veto se ampliara a la vía pública y que se recogiera en una nueva ordenanza que incluyera de forma expresa la prohibición del burka y el niqab, prendas empleadas por las mujeres musulmanas que se cubren el rostro en presencia de desconocidos.
El PSC, que se negaba a redactar un veto tan explícito por temor a criminalizar a los musulmanes del municipio, impuso finalmente que la prohibición se aplique solo a los edificios municipales. Esta precaución socialista se explica por la complejidad del fenómeno musulmán en Reus. Los seguidores del islam suponen alrededor del 10% de la población en la ciudad y la mayoría se adscriben a la corriente salafista, doctrina extremista que rechaza los valores occidentales. Los líderes de la mezquita de Reus, próximos a esta ideología integrista, ya manifestaron el mes pasado su intención de recurrir el veto al burka en los tribunales. Sin hacer mención explícita de la prenda, el PSC espera no dividir a la ciudadanía ante nuevas protestas de los musulmanes.
Con Reus son ya una quincena los municipios catalanes que han adoptado la prohibición. Entre ellos, todas las capitales de provincia menos Girona.
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