Jazzaldia entre bambalinas
Patti Smith inaugura la 45ª edición del festival - El dispositivo de seguridad incluye un hospital de campaña en la zona del Kursaal
Un tímido "probando, probando" y una serie de golpes de bombo y platillo destacaban ayer a primera hora de la mañana en la playa de la Zurriola, prácticamente desierta. Sobre la arena mojada, un grupo de jóvenes desenrrollaba el entresijo de cables que debían unir con el Escenario Verde. En varias carpas se empezaban a rellenar los barriles de cerveza y las vallas se colocaban estratégicamente para amortiguar a las 25.000 personas que se calcula habrá en el concierto de Patti Smith. Y es que, como afirmaba Denis Itxaso, concejal de Cultura del Ayuntamiento de San Sebastián, "hay ganas de que la música empiece a sonar".
San Sebastián recibió con una fuerte tromba de agua la inauguración de la 45ª edición del Jazzaldia, pero a nadie parecía importarle. Las declaraciones de un joven de 30 años que observaba atentamente el montaje resumían el sentir colectivo: "A la actuación de hoy vendré, si hace falta, nadando".
"La gente que disfruta del jazz no quiere agobios", señala la DYA
Está prohibida la entrada con vidrios para evitar cortes y facilitar la limpieza
No es para menos. Para la noche estaba programado uno de los conciertos estrella del festival, el de la cantante y poetisa Patti Smith, para el que se desarrolló "un despliegue especial, similar al del fin de semana", indicó el director del festival, Miguel Martín.
Jon Subijana, miembro de la DYA, lo sabe. "Con motivo de la actuación de Patti Smith repartiremos cuatro ambulancias, 20 voluntarios y un hospital de campaña por toda la zona del Kursaal", comentaba antes de desplazarse a la zona. "Es un despliegue de gran envergadura". Sin embargo, en el Jazzaldia nunca suele haber problemas serios. Más allá de lipotimias, golpes de calor, mareos o desmayos, que difícilmente se podían producir ayer, sólo se suelen atender torceduras de tobillo. "La gente que disfruta del jazz, habitualmente no quiere agobios", añadía Subijana. "Es un evento informal y deshinibido", resumía Itxaso al respecto.
No obstante, para prevenir incidentes más graves, desde la dirección del Heineken Jazzaldia se ha prohibido la entrada al recinto con botellas de cristal. "No es sólo por las heridas que se puedan producir, el vidrio puede destrozar la maquinaria de limpieza, que trabaja a partir de las cuatro de la mañana", indica José Ignacio Abanda, responsable de producción del evento.
A las 18:00 horas, a media hora de que Broken Brothers Brass Band diera el pistoletazo de salida en el escenario del Ayuntamiento, por la playa de la Zurriola ya se acercaban los primeros incondicionales de Patti Smith. De cara a evitar aglomeraciones, se han habilitado durante todo el festival aparcamientos en el barrio del Antiguo y junto al Hospital de San Sebastián. La Policía Municipal, Tráfico y Movilidad, Cruz Roja acuática, Osakidetza, bomberos, Prosegur, Dya, Ertzaintza y Sureuskadi trabajarán sin descanso para que no se produzca ningún problema. Todo está preparado para que suene la música.
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