El sector bancario no disipa las dudas

Los inversores no terminan de deshojar la margarita bancaria, ni siquiera ahora que por los mercados circula el rumor de que la UE podría publicar los resultados de las pruebas de resistencia mañana viernes antes de la apertura de la sesión.

En cuanto a la Bolsa española, si el día anterior parecía que se apostaba claramente por los valores bancarios, ayer las evidencias apuntaban en sentido contrario, con un denominador común para ambas sesiones, el bajo volumen arriesgado en el "mercado abierto" y la febril actividad del "mercado de bloques".

Las dudas de los inversores tienen, en cierto sentido, razones de fondo, una de las cuales es el incremento del número de títulos prestados -posiciones vendedoras a corto- sobre Santander y BBVA en los últimos 20 días, mientras que las posiciones sobre Banco Popular prácticamente se mantienen estables.

Lo último para aportar inestabilidad al sector financiero consiste en plantear dudas sobre la transparencia del proceso de las pruebas de estrés, lo que viene a significar que ya hay quien considera, sin conocerlos, que los resultados son poco fiables y no van a cambiar nada. Lo peor de todo es que esas dudas volvieron a afectar a los bancos españoles casi en exclusiva.

El Ibex 35 abrió la sesión con un discreto repunte de poco más del 1% que dio paso a una serie de altibajos que indicaban claramente la ausencia de criterios concretos. El papel que a unos inversores les sobraba a otros les venía muy bien, pero las posiciones cambiaban inmediatamente y el comprador vendía, al tiempo que los vendedores trataban de recuperar algunas acciones. Poco antes del cierre, la debilidad de la apertura de la Bolsa de Nueva York aclaró algo el panorama y el Ibex 35 cayó a un valor mínimo del día con 10.003,50 puntos, para cerrar poco después en 10.040,80 puntos con un descenso del 0,20%.

Los resultados que se van publicando en Estados Unidos no terminan de convencer a los inversores por una razón muy simple, como es que al no apuntar la mayoría en una misma dirección, son más la foto de la gestión de cada compañía que el reflejo de la situación económica, que es lo que la mayoría de los inversores quería ver en unos momentos en los que arrecian las dudas sobre el crecimiento.