_
_
_
_
AL CIERRE
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Menos es más

Tenía razón Mies van der Rohe: menos es más. La editorial Labreu lo ha tenido claro desde el principio: pocos libros, exquisitamente editados, distribución manual y difusión performática a través de los recitales de poesía (sobre todo en el Horiginal, víctima reciente de los tecnócratas municipales, pero también en una red infinita de cafés, librerías y bares): las claves de su éxito en tiempos de crisis. En su catálogo encontramos títulos de, entre otros, Josep Pedrals, Marc Romera, Philip Larkin, Jaume C. Pons Alorda y Friedrich Dürrenmatt. De este, Labreu ha escogido la balada Minotaure, una recreación del mito en el que el laberinto de Dédalo fue construido "per protegir els homes de l'ésser i l'ésser dels homes", según la hipersónica traducción del humanista Ignasi Pàmies

También tenía razón Mies van der Rohe cuando dijo que Dios está en los detalles. En poesía, la divinidad está en la palabra detonante, en la palabra que hace saltar por los aires todas las demás, que las altera para siempre, que les cambia el significado en una dirección insospechada. Quizá la clave de Minotaure es la palabra Übergang: transición. En la versión de Pàmies se encuentra, central, en los siguientes versos: "Tot això hauria estat soportable, però / l'insuportable era la transició d'aquest brau / a home". Se acaba de describir la mitad toro y se afirma que esta era soportable. Lo insoportable es la hibridación, el tránsito: la constatación de la monstruosidad. Y todo en el poema es monstruoso: el sexo con la doncella, la máscara taurina de Teseo, el laberinto forrado de espejos, donde el Minotauro se encuentra peor que solo: multiplicado. Como señala Ramon Espelt en el epílogo, el relato admite una lectura kafkiana. M. ha sido injustamente confinado en una prisión que no entiende, dolorosamente absurda, condenado a pena de muerte por su metamorfosis incompleta, en eterna transición.

Tampoco le faltaba razón a Van der Rohe cuando afirmó: la poesía comienza cuando se ponen dos palabras juntas. Y la edición: cuando los libros de un catálogo comienzan a dialogar. Larga vida a Labreu.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_