'Tosca', romanticismo e intrigas en San Lorenzo

Cuando Giacomo Puccini estrenó Tosca en 1900 en Roma, una falsa amenaza de bomba en el teatro Constanzi retrasó unos minutos la representación. Tosca comenzaba así la leyenda, la historia que sobrepasa la escena para perderse por las calles de la ciudad eterna. Mañana y el sábado, la Roma convulsa del XIX se materializará en San Lorenzo de El Escorial dentro del festival de verano en una producción del Teatro Nacional badense de Karlsruhe. En el foso, la Orquesta y el Coro de la Comunidad de Madrid bajo la dirección de Miguel Ángel Gómez.

Para el director, esta ópera es "uno de los grandes hitos de la historia de la música, la obra completa musical y dramáticamente hablando". En Tosca está todo escrito: desde la longitud de las respiraciones hasta la disposición de los cantantes sobre el escenario. Gómez Martínez confiesa no comprender cómo puede tocarse mal Tosca con la minuciosidad de las anotaciones. "Me asombro de que algunos colegas olviden lo que Puccini dejó escrito, porque nadie como él sabía lo que quería", explica sorprendido.

El tenor Aquiles Machado se estrena en el papel del pintor Cavaradossi

Se ha apostado por una escenografía muy expresiva con algunas sorpresas

Puccini se encargó personalmente de que la Roma de Tosca fuera un calco de la real. Los tres escenarios de cada uno de los actos de la ópera siguen en pie hoy día: la iglesia de Sant'Andrea della Valle, el palacio Farnese y la terraza del Castel Sant'Angelo. Es una ópera sacada a la calle. Incluso las campanas que suenan en la obra de Puccini están afinadas en mi bemol, el mismo tono que las de San Pedro.

Por eso para el tenor Aquiles Machado, que se pondrá mañana por primera vez en la piel del pintor Mario Cavaradossi, Tosca es una obra cercana al público. "A pesar de lo distante que la gente piensa que es la ópera, Tosca toca nuestra parte sensible. En la óperas de Puccini todo es humano: se besa, se toca y se abraza", explica. Puccini es un verista italiano y pertenece a un grupo de autores de finales del siglo XIX que mantienen los ideales románticos en la vida cotidiana. "Es un drama muy carnal, el sentimiento que transmite es muy cercano", analiza el tenor.

Aquiles Machado no esconde el respeto que le provoca interpretar al pintor Cavaradossi. "Llevo años esperando debutar con este papel", explica el cantante venezolano. Machado sabe que el papel del artista toscano no es un papel muy largo, pero exige resistencia y flexibilidad, ya que se pasa "de la furia a la ternura vocal en un momento", explica Machado.

A su lado, en el papel de la cantante Flavia Tosca, la soprano portuguesa Elisabete Matos, que ha interpretado en repetidas ocasiones el papel de la amada de Cavaradossi, una de las últimas en Sevilla en 2007, dentro de una fastuosa producción del teatro de La Scala de Milán.

"Tiene una versión de Tosca arrolladora. Tiene mucha experiencia y me estoy aprovechando un poco de ella para que todo salga bien", explica Machado, quien también alaba la labor del director, Miguel Ángel Gómez Martínez, y del barítono que encarna a Scarpia, Joan Pons. El veterano cantante ha sido un habitual en las temporadas del Metropolitan de Nueva York por su veteranía y ha trabajado con directores de la talla de Lorin Maazel o Zubin Mehta.

La obra de Puccini supone una declaración de intenciones, un manifiesto heroico plasmado en el propio pintor que esconde a su amigo, preso político fugado del Castel Sant'Angelo, en la iglesia en la que trabaja. La dirección escénica de John Dew y la escenografía de Heinz Balthes se encargan de transmitir sobre el escenario la tensión emocional que se desprende de la partitura de Puccini.

Proyecciones de cargadas cúpulas barrocas y elementos arquitectónicos sirven para recrear una Roma de excesos. Para el director de orquesta, se ha apostado por una "escenografía muy expresiva", en la que habrá "algunas sorpresas".

Lo que sí se mantendrá es una de las escenas más espectaculares, en la que se recrea una procesión eucarística. Al Coro de la Comunidad de Madrid se le sumará para esta escena un coro infantil dirigido por Ana González. Juntos pondrán el broche final al primer acto con un solemne Te Deum.

Para los que después del festín musical aún no se sientan saciados, el festival de El Escorial ofrece la posibilidad de asistir a una cena bufé en el mirador del auditorio después de la representación, y el cubierto cuesta 40 euros.

TOSCA, de Giacomo Puccini y dirección de Miguel Ángel Gómez. Auditorio del Canal. San Lorenzo de El Escorial. Jueves 22 y sábado 24. Entradas: 60 y 70 euros.