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Un hombre intenta quemar a su ex esposa

Medio centenar de agresores participan en un programa de reeducación

Roció a su ex esposa con un líquido inflamable e intentó quemarla viva. Pero ella consiguió huir y llamar a la Guardia Civil. El hombre, de 42 años, fue detenido ayer en la localidad sevillana de Los Palacios y, posteriormente, ingresó en prisión. Es el final de un drama que ha incluido el secuestro de la víctima, retenida por su antiguo compañero en el domicilio desde que ella intentó separarse. Solo la dejaba salir para ir a trabajar. El acusado ha ingresado en prisión.

La mujer "muy asustada" y con "gran nerviosismo", según el relato de los agentes, indicó a estos que su antigua pareja se hallaba oculta en el lavabo de un negocio de su propiedad tras haberla rociado con el líquido inflamable. Ante la llegada de los agentes, el hombre intentó huir, pero fue interceptado por la Guardia Civil.

El presunto agresor, S.D., de nacionalidad rumana igual que la víctima, tenía doble identidad, ya que fue expulsado de España y al casarse con la mujer tomó sus apellidos.

S.D. ha ingresado en prisión, acusado de los delitos de homicidio doloso en grado de tentativa y malos tratos continuados en el ámbito familiar, así como falsificación de documento.

Este suceso coincidió ayer con unas jornadas para analizar la evolución de un proyecto piloto con hombres condenados por maltrato. Un total de 48 agresores han cambiado la pena de prisión por un programa de reeducación, que incluye 25 sesiones terapéuticas, que pretende cambiarles de mentalidad y que admitan que utilizan la violencia como herramienta de sometimiento a la mujer.

Violencia instrumental

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"Lo que tenemos que cambiar no es que un señor pierda los nervios, sino una violencia instrumental para conseguir unos fines ideológicos, que es imponer el dominio sobre otra persona por una ideología sexista basada en que, como soy hombre, tengo más poder", explicó el coordinador del programa, Juan Ignacio Paz Rodríguez.

Los 48 hombres, que tienen una orden de alejamiento de sus esposas y de sus hijos, no pueden portar armas y no pueden comunicarse con la víctima, forman cuatro grupos que son atendidos por psicólogos de las universidades de Sevilla y Granada.

"Cuando empiezan la terapia, no saben por qué están ahí", comentó la directora técnica del programa, Francisca Expósito, "pero quienes la han recibido lo agradecen porque les rebaja mucho el nivel de tensión al no tener que estar siempre con los pantalones bien sujetos". "También les ha venido bien para su ámbito laboral", añadió. Expósito, pidió un seguimiento de los maltratadores cuando han acabado de cumplir sus condenas.

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