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Entrevista:ALMUERZO CON... MADI DIOCOU

"Mi deporte es correr ante la policía"

A la tercera va la vencida. El dicho le va al pelo a Madi Diocou. Se fue en coche desde su pueblo, Mbour, en Senegal, hasta Mauritania. Logró embarcarse en un cayuco pagando 650.000 francos CFA (unos 1.000 euros). Pero al llegar a Tenerife le repatriaron. Cogió otro cayuco y le pasó lo mismo. Al tercer intento ya consideró el capitán que tenía suficiente experiencia para llevar el cayuco. Así lo hizo. Iban medio centenar de personas en él. Todos llegaron a salvo y Madi Diocou logró quedarse en España. "Un policía que me conocía desde el primer viaje me dijo: 'De esta ya te quedas". Tenía 22 años.

Seis años después, Madi Diocou sigue en España y ya tiene papeles. No solo para poder vivir en el país. También ha conseguido uno en el cine. Guapo, 1,90 de altura y en muy buena forma física. Diocou era tal y como el escritor y cineasta había imaginado a Yao, el protagonista, junto a Marisa Paredes, de El dios de madera, que se estrena el próximo viernes.

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"¿Haces deporte?", le preguntó el director durante el casting. "Sí, corro delante de la policía". Con esa espontánea contestación Molina Foix confirmó sus sospechas. Yao era él, lo había encontrado. Una persona del equipo de casting descubrió a Diocou cuando vendía bolsos en un top manta en una calle de Barcelona.

Comemos un lunes porque es un día en el que se vende poco. Un fin de semana, Diocou no quiere acercarse a Madrid, no le compensa. Elegimos un encantador restaurante africano en el barrio de Chueca. Lo primero que pide es el cuscús senegalés con cordero. "Me encanta, yo lo hago también muy bien". Cuando el director de la película le seleccionó para el papel, le advirtió de que el mundo del cine es muy duro. Cuando empezó el rodaje, a Madi Diocou no se lo parecía, pero poco después se dio cuenta de que no era fácil hacerlo bien. El actor es serio, autoexigente y tiene las cosas claras. Es musulmán, no prueba jamás el alcohol, pero se bebe la leche fría a litros.

En Senegal trabajó de sastre, pero ganaba poco. "Yo quería una vida mejor. Cuando soñaba con España creía que era un paraíso, que era fácil encontrar trabajo y hacer dinero. Y no es así, se puede vivir fatal". Se animó a venir para ayudar a su familia, sobre todo a su madre. Habla de ella, que se llama Saly, con auténtica adoración. Le ocultó su viaje para que no se lo prohibiera, solo su tía sabía que iba a coger un cayuco. "Es una gran dama. Si me lo llega a prohibir no hubiera podido venir". Dice que es aún más guapa que Marisa Paredes, con la que tiene una gran química en la cinta y a la que le está muy agradecido. "Marisa es fantástica". Diocou es tan sencillo, tan dulce y tan vergonzoso como su personaje. "A veces me sentía que hacía de mí mismo. Sobre todo, en las escenas en las que tenía que vender bolsos en la calle y correr delante de la policía".

La cinta termina con Yao corriendo sin dirección. ¿Le pasa a él lo mismo? "No, estoy bien en España, es un buen país. Y ahora que ha ganado el Mundial, aún más". Lo vio el domingo en Barcelona con amigos. Allí se vuelve tras su visita relámpago a Madrid. "Al top manta, es mi trabajo".

Madi Diocou ha vuelto a lo suyo tras el rodaje: el <i>top manta.</i>
Madi Diocou ha vuelto a lo suyo tras el rodaje: el top manta.ÁLVARO GARCÍA

Kimbumbu. Madrid

- Croquetas de pescado con berenjenas: 5,20 euros.

- Batswana de maíz con salsa de alcachofas: 5,20.

- Cuscús senegalés con cordero: 9,40.

- Ternera con nuez de palma y espinacas: 8,80.

- Bolitas de coco y piña: 3,50.

- Crema de mango: 3,50.

- Una botella de agua: 2.

- Un vaso de leche fría: 2.

Total: 39,6 euros.

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