El último hincha del Gallego
El Deportivo Español, el equipo de Buenos Aires que plantó cara al River Plate y al Boca Juniors, sobrevive pese a que sus épocas de gloria han quedado lejos
La celebración del triunfo de España en el Mundial tuvo un capítulo especial en Buenos Aires, donde entre los cientos de personas que se concentraron en el famoso Obelisco se encontraba un grupo de aficionados del Deportivo Español, el club con el que se ha identificado la colectividad gallega en Argentina durante décadas.
El equipo que actualmente juega en un campo de la barriada bonaerense de Villa Lugano tiene más de medio siglo de historia y los colores de su camiseta coinciden con el uniforme de la selección española. En Argentina se conoce al club con el sobrenombre del Gallego. "Oe, oe, oe soy gallego, es un sentimiento, no puedo parar", así cantaban sus seguidores en la noche del domingo para celebrar la victoria de la selección con la que se identifican.
El club, en categorías inferiores, aún representa a la colectividad gallega
Fraga intervino en favor de la formación cuando estuvo a punto de quebrar
La trayectoria del Deportivo Español tiene muchos puntos de conexión con la seguida por el Compostela que a finales de los noventa se consolidó en la Primera División española y acabó en la quiebra y peleando en los campos de Tercera. Su historia también conecta con la del Celta porque sus socios salieron a la calle para defender a su club ante el riesgo de quiebra. El entonces presidente gallego Manuel Fraga llegó a intervenir a su favor en aquellos días del año 2000.
Con el Compostela le une además el haber contado con un presidente muy carismático, para lo bueno y lo malo. La peculiar personalidad de José María Caneda recuerda a las maneras de Francisco Ríos Seoane, un empresario nacido en Ordes que hizo fortuna con multitud de negocios de restauración en Buenos Aires y que dirigió el ascenso del Gallego hasta la máxima categoría. Aunque la trayectoria de Ríos Seoane tiene episodios muy oscuros y a lo largo de su vida ha tenido que afrontar diversas demandas por fraude, estafa, lesiones y hasta por un homicidio, el de Ignacio Torres, un opositor a su gestión en el club que apareció quemado vivo.
En los últimos años poco se ha sabido de Ríos Seoane. Sigue viviendo en Buenos Aires, estuvo internado en una institución psiquiátrica y hay quien apunta que se hacía pasar por loco para evitar las causas que tenía pendientes. Todavía mantiene negocios en Galicia y en ocasiones viaja a su pueblo natal.
Pedro Alonso fue directivo del club durante catorce años y sigue siendo socio del Deportivo Español, aunque ahora son pocos los que van al estadio a ver los partidos de un equipo que lucha en la Primera B argentina (equivalente a la Tercera en España) y que ya no cuenta con los cerca de 20.000 socios que alcanzó en sus momentos de gloria. Alonso defiende la gestión realizada por Ríos Seoane porque "puso mucha plata", aunque reconoce que otros tienen una opinión diferente y culpan al ex presidente de la caída del club a las puertas de la quiebra.
"A mí me parece que Ríos Seoane es una buena persona. Ahora está enfermo, aunque a veces va por el club pero nunca a los partidos. Siente nostalgia de los tiempos pasados porque para él Deportivo Español lo es todo", explica Alonso. Entre los logros de Ríos Seoane está la inauguración del estadio España, con capacidad para 20.000 espectadores. Fue inaugurado en 1981 en un amistoso con el Deportivo de A Coruña.
Este hincha eterno del equipo que sigue representado extraoficialmente a la colectividad gallega todavía recuerda los nombres de algunos futbolistas que pasaron por el club e hicieron historia en el fútbol argentino como el eterno portero del equipo, Pedro Catalano, que aún conserva el récord de haber jugado nueve años consecutivos en todos los partidos de Deportivo Español. Alonso nació en Asturias pero desde el primer día que llego a Buenos Aires a finales de los cincuenta se convirtió en seguidor del club e iba a verlo jugar, tanto cuando jugaba de local como cuando lo hacía de visitante. Ahora sigue yendo a ver los partidos aunque ya no sean las épocas felices de antaño donde el restaurante del club era un lugar de encuentro de la colectividad y las gestas deportivas del equipo eran admiradas por los buenos aficionados del fútbol argentino. En 1986 Deportivo Español consiguió un tercer puesto en la máxima categoría del campeonato argentino.
El año 2000 fue clave en la historia del club porque estuvo a punto de desaparecer por las deudas. La movilización de sus todavía numerosos seguidores permitió que esto no llegase a suceder aunque a partir de aquel momento el equipo nunca levantó cabeza en el plano deportivo. Ríos Seoane había dejado de ser presidente cuatro años atrás.
Como ocurre con otras instituciones recreativas gallegas el futuro del club se presenta oscuro. El relevo generacional no acaba de llegar a la dirección de estas entidades y así parece difícil que Deportivo Español vuelva a reeditar sus tiempos de gloria. Por ahora el domingo al menos un grupo de seguidores pudo volver a salir con orgullo a celebrar un triunfo en la calle, aunque fuese sólo el de un equipo que lleva sus mismos colores.
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