7.853 nombres pendientes de la fusión

Esta semana arranca la verdadera negociación de uno de los procesos laborales más complejos e importantes que afronta Galicia. De él depende el futuro de las 7.853 personas en nómina de las cajas, cada una con sus propias circunstancias personales y familiares. El punto de partida es el acuerdo de integración, donde va implícito un adelgazamiento de la plantilla que afectará a 1.230 empleados (760 de oficinas y 470 de servicios centrales). Pero no solo hace falta reducir costes laborales, hay que hacer encaje de bolillos para homologar las condiciones de los que continúen, y no es nada fácil. Un ejemplo: hace ya diez años que Caixanova se constituyó como tal, pero sigue emitiendo cuatro tipos de nóminas para los ex trabajadores de Caixavigo, Caixa Ourense, Caixa de Pontevedra y los contratados por la caja unificada.

"Ya están colocadas 12 sillas, ahora quedan 6.588", ironiza UGT

Los sindicatos afrontan el proceso desde posiciones bien distintas. Excepto UGT, que ha colgado en su web un borrador del pacto que estaría dispuesto a firmar mañana, el resto de las centrales (Comisiones, CSICA, CIG y CGT) evitan mostrar sus cartas. "Nos debilitaría frente a las cajas", aseguran Comisiones y el sindicato de banca.

"Ya están colocadas 12 sillas [las de los directivos] con sus ubicaciones y sus nombres, de tal manera que, con los 1.200 que se van, solo quedan 6.588", ironiza desde UGT José Ramón Pliego. "Nos preocupan por igual los que se van y los que se quedan. El proceso no puede generar agravios comparativos", añade. Cree que haber mostrado su propuesta no les resta capacidad de negociación: "No es una carta a los Reyes Magos".

Durante la constitución de la mesa, el pasado martes, las empresas ya avanzaron que no solo se realizarán prejubilaciones. Ofrecerán excedencias remuneradas (uno, dos o incluso cinco años), a cambio de un pequeño porcentaje del salario. También se abre la puerta a las bajas incentivadas para personas de cualquier edad, siempre a cambio de una contraprestación económica que empieza a negociarse.

Aún así, todo pivotará sobre las prejubilaciones (totales o a tiempo parcial). En UGT tienen serias dudas sobre si la plantilla abrazará masivamente la medida estrella, ahora que la crisis aprieta. Uno de sus estudios demuestra que 154 empleados de entre 60 y 67 años que han tenido la oportunidad de jubilarse cobrando el 89% no lo han hecho en procesos anteriores. "Queda acreditado que las futuras prejubilaciones tendrán que mejorarse al menos en el salario", concluyen. Además, está la duda sobre si se atrasará la edad de jubilación, como apunta la CIG: "Eso condicionará el diálogo porque todos tenemos en la cabeza que va a haber cambios".