Freno en el consumo
Nueva Zelanda consolida su crecimiento, aunque con un menor ritmo de lo esperado
La economía neozelandesa se elevó un 0,6% durante el primer trimestre del año, una cifra algo menor de la esperada, pero que confirma que el país enfila hacia su segundo año de crecimiento consecutivo después de la crisis económica, que le llevó a su peor desempeño en las últimas tres décadas. La clave de este comportamiento ha estado en el comercio exterior y las industrias relacionadas, como la agricultura y la explotación forestal, que crecieron un 5,3%. El comercio al por mayor y la actividad manufacturera, que crecieron en torno al 1,5%, completaron el cuadro de los indicadores positivos.
No obstante, las autoridades financieras han advertido que estas cifras siguen por debajo del desempeño de la economía antes de la crisis y que este año -con un alza del PIB del 3%- Nueva Zelanda seguirá lejos de su crecimiento potencial. El principal causante de este freno es el consumo interno y el gasto de los hogares, que solo crecieron un 0,2% durante el primer trimestre. Los neozelandeses todavía no confían en la recuperación, y buena culpa la tiene la elevada deuda de los hogares, un dato comparativamente superior a otras economías en crisis, como EE UU, Grecia, España o Reino Unido.
Buena culpa la tienen la deuda de los hogares y un paro del 7%
Este endeudamiento se une además al elevado desempleo, que superará el 7% este año, desde el 4,2% registrado hace solo dos años. El doble de paro en dos cursos en los que las familias han perdido progresivamente su poder adquisitivo. Otros datos que pueden complicar más la consolidación de la recuperación son la deuda externa, que supera el 130% del PIB, y los casi 50.000 millones de dólares que se deben recortar durante los próximos cinco años para sanear las cuentas públicas.
¿Soluciones? El instituto emisor de Nueva Zelandia elevó sus tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 2,75%, en junio pasado. El objetivo es controlar la inflación -en el 2,5% este año-, enfriar el mercado hipotecario y equilibrar la competitividad de sus exportaciones. Si el país sigue creciendo a este ritmo, algunos analistas prevén que la autoridad monetaria seguirá aumentando escalonadamente sus tipos hasta llegar al 5% y así igualarse a su vecino Australia, que en estos momentos sitúa su tasa de referencia en el 4,5%.
El Ejecutivo sigue centrando sus esfuerzos en reactivar las exportaciones, su principal fuente de ingresos y de producción interna. Nueva Zelanda es un país rico en recursos naturales y la mayoría de sus ingresos provienen del comercio de la agroindustria. De hecho, el sector representa cerca del 20% del PIB. Después de las reformas de mediados de los años ochenta, el país se ha convertido en una de las economías más abiertas del mundo y, por tanto, muy dependiente de sus socios comerciales y de las eventuales crisis económicas.
¿Arma de doble filo? Esta interrelación con el exterior puede ser en estos momentos un punto a favor, ya que sus acuerdos se centran principalmente con países de la cuenca del Pacífico como Australia y China, aislando la creciente inestabilidad de los países europeos. Pese a ello, los expertos locales ven con preocupación esta dependencia y la pasividad del Gobierno para no emprender reformas aprovechando la coyuntura de la crisis económica. De momento no se aprecian cambios en este sentido. -
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