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Crítica:ZARZUELA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Más allá del bien y del mal

La etiqueta que, a modo de definición, lleva asociada La Gran Vía, de Chueca y Valverde, contribuye a dejar las cosas claras desde el principio. Se trata de una "revista madrileña cómico-lírica, fantástico-callejera", algo así como un espectáculo de variedades con temas de actualidad de fondo. Desde luego no le sienta mal un tratamiento de comedia musical castiza que es, en cierto modo, lo que plantea la veterana Ópera Cómica de Madrid, una institución digna de admiración en estas lides, que cuida con idéntico esmero la última hora política y ciudadana de los diálogos o el reflejo de la obra como teatro musical popular.

Francisco Matilla conoce muy bien el terreno que pisa y lo demostró, no solamente como director de escena, sino también al asumir una indisposición de última hora del tenor Juanma Cifuentes, sacando con profesionalidad media docena de los papeles a él asignados y, en particular, bordando la réplica de Doña Virtudes a los célebres tangos de La Menegilda. Milagros Martín había puesto el listón muy alto en el personaje más carismático de La Gran Vía. Su fraseo, su manera de moverse, su habilidad acentuando y llenando de intención cada palabra, la hacen hoy en día imprescindible para este papel. Es una cantante que lleva el género lírico español en las venas. Ha sido un lujo contar con ella, como también lo fue en las representaciones del teatro de la Zarzuela hace más de una década.

LA GRAN VÍA

De Chueca y Valverde. Ópera Cómica de Madrid. Dirección escénica: Francisco Matilla. Ensamble Instrumental de Madrid. Director musical: Carlos Riazuelo. Con Milagros Martín como La Menegilda. Veranos de la Villa. Jardines Sabatini. Hasta el 16 de julio.

A Nietzsche, el autor de Más allá del bien y del mal, le gustaba mucho esta zarzuela y en particular la escena de los ratas: "Un terceto de tres solemnes y gigantescos canallas es lo más fuerte que he visto y oído, incluso como música: genial, imposible de clasificar", decía. Eduardo Haro Tecglen matizaba en su día que alguien debería haber explicado al pensador alemán que "los ladronzuelos no eran símbolo del gran mal, sino de la pequeña necesidad". La Gran Vía renueva su atractivo con el paso del tiempo gracias a números tan chispeantes como esta jota de los ratas, o en la mazurca de los marineritos, o en el vals del Caballero de Gracia, o en el chotis del Eliseo, o en la polca de las calles de Madrid. Lucen bien todas las escenas frente a la imponente fachada del palacio Real y las defiende con convicción orquestalmente el venezolano Carlos Riazuelo al frente del Ensamble Instrumental de Madrid, un grupo más que interesante, que ha grabado en formato de cámara para sexteto con piano media docena de discos con fragmentos de zarzuela que son unas joyitas.

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