El espíritu de Dio sobrevuela Getafe
20.000 personas celebran la fiesta del rock duro en el festival Sonisphere
Era un tipo bajito, de poco más de metro y medio, melena descuidada y un pelo feo. Pero en esto del heavy metal Ronnie James Dio, era un semidiós -o un Dios, qué diablos-. Ayer tendría que haber actuado en el festival Sonisphere, celebrado en Getafe, pero un cáncer de estómago se lo llevó hace cuatro meses.
Lo echaron de menos las 20.000 personas que acudieron ayer a este festival itinerante, que viaja por Europa, con lo más representativo del rock duro mundial. Ayer se celebró por primera vez en Madrid; un evento donde para comprar una bebida en lugar de tiques se despachan púas a un euro (tres púas, una cerveza pequeña). En lo musical, la desgraciada ausencia de Dio la suplieron ayer un buen puñado de grupos y personajes carismáticos.
Como Blackie Lawless, líder de WASP que compareció, cuando el sol se marchaba, con unas botas de flecos, rodilleras de lentejuelas, mallas sin calzoncillos y una frondosa melenaza. Más chulo que nadie, a sus 54 años. Nadie sabe a ciencia cierta lo que significa WASP.
Dicen que We Are Sexual Perverts (somos pervertidos sexuales) o We Are Satanic People (somos gente satánica). Lo seguro es que estos estadounidenses siguen en forma tras 32 años de carrera y su directo sigue siendo excitante y divertido (aunque ellos se lo tomen muy en serio). Como un huracán empezaron con On your knees y The real me, una versión de los Who (¡qué falsetes, Dios!).
Pero si hablamos de personajes conviene mencionar a Biff Byford, de 59 años, que con su ya canoso pelo largo mantuvo el tipo al frente de Saxon, que, aunque no viven su mejor momento, con cañonazos como 747 Strangers in the night o Motorcicle man hicieron que el día -y la vida en genera- fuese más agradable.
Más personajes carismáticos: el guitarrista Kerry King, calvo, de perilla kilométrica triunfó anoche con su grupo de Slayer, que fueron sin duda los más duros del lugar. Trash metal brutal, sincero y sin descanso, escenificado delante de una gigante columna de amplificadores Marshall (¿habrá alguno de cartón piedra?).
Pero los más esperados de la noche fueron Faith no more, y su cantante Mike Patton. Supervivientes del grunge, no publican disco desde 1997. Patton, de 42 años, se ha creado una respetable carrera al margen. La prueba es su adictivo último disco Mondo Cane, donde reinterpreta clásicos de la canción italiana. Se intuye pues que lo de la vuelta de Faith no nore, tiene más que ver con el tema monetario que con la música. Pese a eso, su concierto fue más que decente, saben que el público quiere material clásico y ellos se lo dieron. Patton, con un esmoquin dorado, bastón y flor en la solapa, fue, sin duda, el más elegante.
Con Suicidal Tendencies, ya de madrugada, se cerró la noche que tendrá su continuación hoy con varios platos fuertes. Además de los españoles Hamlet, en Getafe se espera a Megadeth y a Alice in Chains, que se presenta sin su cantante original, Layne Stanley, muerto por sobredosis en 2002, con 34 años. Y sobre todo a los siempre circenses los alemanes Rammstein, que vendrán calentitos, no solo porque cayesen en la semifinal del Mundial sino por los numerosos lanzallamas que llevan en sus espectáculos. Será hoy, en el mismo sitio, a la misma hora.
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