Ortigueira se pone rockera

El XXVI Festival de Ortigueira arranca hoy con un giro hacia el folk rock de la mano de los incombustibles Celtas Cortos, que debutan esta noche sobre el escenario del puerto ortegano. La veterana banda de Jesús Cifuentes, que lleva un cuarto de siglo sobre las tablas, es el plato fuerte de la primera de las cuatro jornadas -del 8 al 11 de julio- programadas por la dirección del festival. La organización, que este año se gastará 600.000 euros, se ha propuesto contentar a todos los paladares, los que piden folk puro y los que claman por acordes más enérgicos para bailar.

Celtas Cortos tendrá esta noche dos escoltas de lujo: los bretones Krêposuk, con melodías importadas desde Le Mans y la británica Oysterband. Era una de "cuentas pendientes" que tenía el festival con la histórica formación inglesa, explica Alberto Balboa, director del festival. A los de Canterbury se les unirá sobre el escenario la gaiteira Susana Seivane y es más que probable que compartan minutos musicales con los celtas de Cifuentes.

Cristina Pato+convidados, Leilía, Gaelic Storm, Anxo Lorenzo Band y los Hermanos Molard forman parte de la extensa nómina de artistas que desfilarán por Ortigueira el viernes y el sábado. Estos artistas epresentan la apuesta del festival por mantener la esencia "más pura" del celtismo frente a los experimentos de años anteriores.

Solo 400 camas

El centro de Ortigueira, con poco más de 2.000 vecinos en invierno, espera a 100.000 visitantes en cuatro días. Los folkies, como se conoce a los asiduos, ya han tomado posiciones en el pinar de Morouzos. En las próximas horas, encontrar un hueco para desplegar la tienda de campaña será misión casi imposible, tanto como una cama libre entre las 399 plazas hoteleras del municipio, reservadas hace semanas. Unas 300 personas -entre agentes de policía local y autonómica, efectivos de la Guardia Civil y Protección Civil- velarán por la seguridad. El Ayuntamiento ha reforzado los servicios de limpieza en la playa y el centro urbano con 15 operarios. Los supermercados, bares y tiendas se han aprovisionado para alimentar a casi un ejército a base de bocadillos y cerveza, y autobuses gratuitos llevarán a los campistas hasta los conciertos. Arriva y FEVE han reforzado sus servicios con Ferrol.

Gratuito y multitudinario, el festival del mundo celta es la primera parada obligada del verano musical galaico e imprescindible para los amantes de la gaita. Su historia se remonta a 1978, pero guardó silencio durante seis años, hasta 1994, por falta de fondos. Desde entonces el Ayuntamiento de Ortigueira busca la complicidad de la Diputación de A Coruña y el patrocinio de Estrella Galicia y Gadis para dar forma a 96 horas de música, 21 conciertos, diez bandas de gaitas y un enorme escenario.