ELA y LAB abren otro frente con el Gobierno vasco al abandonar Osalan

Las centrales nacionalistas no desaprovechan la ocasión de alejarse del Gobierno vasco. Seis días después su segunda huelga general desde la llegada de Patxi López a Lehendakaritza, ELA y LAB anunciaron ayer que suspenden, con carácter indefinido y a todos los efectos, su participación en el Instituto Vasco de Seguridad Laboral, Osalan. Justificaron su salida argumentando que no se tiene en cuenta su opinión, cargaron contra los que siguen en el organismo -básicamente los participantes en la Mesa de Diálogo Social que boicotearon desde un principio: CCOO, UGT y patronal- y acusaron al organismo de plegarse al "modelo estatal" de seguridad y salud laboral.

ELA, que ostenta cerca del 40% de la representación sindical en Euskadi, queda así fuera de todos los organismos sociolaborales de Euskadi, después de salirse del Consejo Económico y Social y del Consejo de Relaciones Laborales. En este último, LAB mantiene a sus representantes.

Rechazan pedir fondos a la Fundación de Riesgos Laborales

ELA queda así fuera de todos los organismos sociolaborales vascos

Las centrales nacionalistas fueron abonando el terreno para su salida a lo largo de los últimos meses. Primero rechazaron, en marzo, la Memoria de 2009 y el plan de Gestión de 2010 para la entidad. El pasado mes, acusaron a Osalan de reducir un 43% su presupuesto y rechazaron pedir fondos de la Fundación de Prevención de Riesgos Laborales estatal. En su explicación de ayer, retomaron ambos argumentos, añadiendo que el organismo se había convertido en un ente "burocratizado e ineficaz al servicio exclusivo de la patronal y falto de medios necesarios para cumplir su función".

Osalan, según ELA y LAB, se ha convertido en una "fuente de financiación" al solicitar la ayuda de la Fundación Laboral para la Prevención de Riesgos Laborales. "Supone abrir la puerta a un modelo de reparto de fondos con el objetivo de financiar a la patronal y a los sindicatos de ámbito estatal", aseguran las centrales. "Los citados fondos son una parte de los excedentes de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales. El criterio mantenido hasta ahora por el Consejo de Osalan y por el propio Gobierno vasco ha sido que dichos fondos deben ponerse directamente a disposición de la comunidad autónoma, sin necesidad de pasar por la ventanilla de la Fundación", añadieron. Según sus cálculos, Confebask, CCOO y UGT se repartirán unos 850.000 euros.

Las centrales nacionalistas siempre han mantenido un discurso maximalista que atribuye a la patronal y a las condiciones de trabajo el grueso de la culpa de los accidentes laborales en Euskadi. Sindicatos como UGT, por su parte, se han mostrado más proclives a un análisis en detalle de los siniestros ocurridos cada año para buscar puntos de mejora, sin dejar de exigir a los empresarios que cumplan la normativa de prevención de riesgos.

ELA y LAB consideran que "una política real" en materia de salud laboral equivale a "adoptar medidas que van en contra de los intereses de la patronal" y endurecer la vigilancia y las sanciones. Y recalcan que solo regresarán si reciben garantías de que "se tienen en cuenta su opinión" en las políticas desarrolladas.