El último salto de Pedrito
El extremo ha pasado en dos años de Tercera a pelear por un Mundial
Josep Guardiola viajó la pasada semana a Sudáfrica para participar en un acto organizado por Nike, cumplir sus compromisos como embajador de Qatar 2022 y acudir al cruce de cuartos de la selección española. Elegante y discreto como de costumbre, al enterarse de que compartía el hotel con la selección, cambió de residencia para no molestar. El día después de que España se clasificara para las semifinales del Mundial, Manel Estiarte, responsable de relaciones institucionales del club, le hizo ver que no estaba de más acudir a felicitar a Vicente del Bosque; el seleccionador se levantó como un resorte de la silla donde se disponía a desayunar cuando supo que el entrenador del Barcelona quería saludarle. Tres minutos después, tras una breve y cariñosa charla, apareció Fernando Hierro, el director deportivo de la federación, que se sumó a la breve charla. Guardiola ya se marchaba del hotel cuando se cruzó con Xavi, Busquets, Villa, Cesc y Pedrito, que bajaban a desayunar. Dicen que el abrazo con el canario fue emocionante. "Mi madre se cree que Pep es como un dios", reconoce uno de los hombres más felices de Sudáfrica a día de hoy.
"De Cassá de la Selva a la semifinal del Mundial", le dijo Pedro Rodríguez a Guardiola. La frase se la lleva repitiendo el entrenador al extremo después de cada título: cuando ganaron las dos Ligas, la Supercopa de Europa, la Copa del Rey, la de Europa en Roma, en el Bernabéu los dos últimos partidos que allí ha jugado el Barcelona. "De Cassá a Abu Dabi", le dijo también Pep después de ganar el Mundial de Clubes. Tiene su razón. Cassá de la Selva es el único equipo que le ganó los dos partidos al Barcelona de Guardiola... en Tercera División, el año que ascendieron juntos a Segunda B. Ellos saben lo trascendente que fueron aquellas derrotas para aquel equipo de novatos. Desde entonces, la vida de Pedrito ha ido de sobresalto en sobresalto, superando un reto tras otro. Su confianza es tal que, si mañana le dicen que es capaz de subir el Everest en una tarde, lo sube: "Subirlo no sé, pero yo lo intento", bromea Pedro, que en Sudáfrica ha dado el que hasta ahora es su último salto al ser protagonista de la jugada que le dio la victoria a España ante Paraguay. "Fue al palo, pero lo importante es que Villa la metió dentro", dice humilde.
"A veces lo pienso, ¿cómo es posible que me pasen cosas tan buenas?", se preguntaba el jugador ayer, después de comer. "Creo que debe ser por tanta gente que le pide a la Virgen de la Candelaria por mí", se dijo buscando una razón que justifique su carrera: hace dos años perdía en Cassá y ahora no sólo lo ha ganado absolutamente todo con el Barcelona sino que juega un Mundial. "El otro día lo recordamos, porque se casaba Víctor Vázquez el viernes y en vez de estar con él y con el resto de los de aquel equipo, mira dónde estamos", explica Busquets. A los dos les gusta pensar que si están aquí es casi como representantes de aquel equipo. "Sin ellos no lo hubiéramos logrado, seguro, pero nosotros tuvimos más suerte, seguramente", admite Pedro, que lleva seis partidos y un gol con La Roja desde que Del Bosque le citó para el Mundial.
Es difícil ver a Pedrito con mala cara, pero cuando le brillan los ojos como le brillan ahora, los que le conocen le señalan como el hombre más feliz del Mundial. Hay quien piensa que un tipo que ha marcado en todas las competiciones que ha jugado -Liga, Copa del Rey, Supercopa de España y la de Europa, Champions League y Mundial de clubes- en un mismo año está llamado a marcar también en el Mundial. Llegados a este punto, del chaval de Abades se puede esperar cualquier cosa.
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