España inventa otra crisis
La revisión del sistema energético desconcierta a los grandes inversores
La eurozona ha pasado esta última semana un importante examen como entidad ante los mercados financieros. El vencimiento de los préstamos a un año del BCE, sustituidos por subastas a más corto plazo a partir de ahora, provocó pequeños brotes de histeria entre algunos analistas, temerosos de que algunas entidades no pudieran cumplir sus compromisos de pago. Los mercados de valores sufrieron fuertes presiones, centradas siempre en los valores bancarios y según los criterios de cada cual sobre la capacidad de pago. Los bancos españoles volvieron a recibir la mayor parte de la presión, ahora ya por tradición, aunque todos ellos continúan reclamando la publicación de las pruebas de estrés para sacar de dudas a los más temerosos.
La Bolsa española termina esta semana con un recorte del 2,98% y una gran volatilidad, no tanto fruto de la situación de su sector financiero, sino por la incertidumbre creada por los dos principales partidos políticos en torno al sector eléctrico. Según algunos habituales del mercado, el acuerdo Sebastián / Montoro para revisar el sistema energético hace que los grandes inversores internacionales vean a España cerca de Venezuela en cuanto a estabilidad regulatoria.
La semana ya comenzó mal para los mercados ante el error en la confección del indicador adelantado de actividad de China que, en lugar de subir el 0,3% en abril bajó el 1,7%. Las esperanzas puestas en China como posible motor de la recuperación se desvanecieron y dieron paso, junto con las generosas dudas sobre la solvencia de la banca europea, a la tercera peor sesión de este año para el mercado español. El Ibex 35 perdió en esa ocasión el 5,45% al no poder los inversores echar mano de ningún argumento para mantener los títulos en cartera.
La debilidad de la economía estadounidense, cada vez más evidente, está tomando el relevo a la ya resuelta crisis de liquidez de la eurozona. El BCE está resolviendo bien la situación y el cambio en los plazos de los préstamos se ha producido sin las tensiones que algunos analistas esperaban.
En esta semana se han conocido los datos de confianza de los consumidores, varios índices de actividad empresarial, los gastos en construcción y los pedidos a fábrica, y todos ellos han sido negativos. La tasa de paro de junio, sin embargo, bajó dos décimas, hasta el 9,5%, pero se perdieron 125.000 empleos.
Para colmo de males, el índice Dow Jones de valores industriales de la Bolsa de Nueva York está en una zona crítica en la que peligran sus soportes y esa falta de apoyo se puede notar en el resto de los mercados de valores.
La debilidad de la economía estadounidense parece tan evidente que el mercado del petróleo ha comenzado a descontar un posible descenso del consumo en Estados Unidos y Europa. El precio del barril de crudo ha caído casi siete dólares en Nueva York y 6,5 en Londres.
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