'Lulú' se perdió por la cocaína

El velero Lulú duerme en dique seco. Acaba de realizar su último viaje tóxico. Este coqueto velero de bandera española y 14 metros de eslora salió el pasado día 28 del puerto de Tenerife para encontrarse con un buque nodriza rebosante de cocaína. La tóxica excursión fue organizada por traficantes de hachís que viajaron varias veces a Colombia para negociar con carteles de la droga locales el uso de las rutas marítimas que utilizan los traficantes marroquíes de hachís para introducir grandes cantidades de cocaína. Ya no lo harán más: la Guardia Civil y la Agencia Tributaria los han detenido y han abordado y puesto a buen recaudo el velero, junto a los 2.666 kilos de cocaína y otros 1.200 de hachís que portaba en sus elegantes camarotes.

Un buque nodriza esperaba al velero en aguas de la isla de Hierro

El barco nodriza iba a echar anclas a 500 millas de El Hierro. Allí esperaría a Lulú para hacer el trasvase. Así la droga llegaría a Europa, después de ser recogida por embarcaciones rápidas en la costa marroquí. De allí, a la Península, y después, al resto de Europa. Pero tras cuatro días de navegación, el velero acabó como en las películas de piratas: abordado. Aunque en este caso los invasores de su cubierta eran los buenos: agentes de la Agencia Tributaria.

Siete españoles, un alemán, un uruguayo y un lituano han sido detenidos en esta operación, llamada Mar del Sur, en Tenerife, Melilla, Málaga y Almería. El alijo es el mayor de coca que intentaba ser introducido por esta vía y uno de los más importantes de los últimos años.

Las investigaciones se iniciaron a finales del pasado año, tras conocerse que una organización dedicada al tráfico de estupefacientes entre el norte de África y las costas españolas, estaba organizando el traslado de importantes cantidades de cocaína, por vía marítima, desde Sudamérica a Europa. Tras seguir los viajes de un cabecilla de la red hacia Colombia, varios puntos de la Unión Europea y las ciudades españolas de Málaga y Melilla, faltaba descubrir cuál sería el barco para el transporte de la droga.

Fue entonces cuando los avistaron comprando el velero Lulú, de bandera española. El 28 de junio una embarcación Sacre de la Agencia Tributaria realizó el abordaje del Lulú, en el que se intervinieron 93 fardos en los que la droga estaba sellada y preparada para resistir los embates del mar.