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Entrevista:EL RETROVISOR | BURRUCHAGA - Campeón con Argentina (1986) | SUDÁFRICA 2010 | CUARTOS DE FINAL: ALEMANIA-ARGENTINA

"Maradona hablaba con los pies"

Jorge Luis Burruchaga (Gualeguey, 1962) marcó el gol de la victoria de Argentina en la final de México 1986 ante Alemania (3-2), el Mundial de Maradona. Luego, perdió la de Italia 1990, también frente a Alemania (0-1). En medio, siempre recordó al padre que no quería fútbol en casa, al niño que trabajaba para comer y al futbolista sancionado por corrupción pasiva junto a sus compañeros del Valenciennes, francés, acusados de arreglar resultados a favor del Marsella. "De eso me quedó un recuerdo lamentable", cuenta; "de algo que no ocurrió y que pagamos los más débiles, los jugadores".

Pregunta. ¿Su infancia?

Respuesta. Nací en una familia numerosa, con 12 hermanos, y de pocos recursos. Todos teníamos que trabajar. Nos gustaba el fútbol, pero había que llevar dinero a casa para comer. En los potreros lo único que teníamos era la pelota. Era lo que más nos gustaba porque no había tantas cosas como ahora. Mi primer recuerdo de un Mundial es del de 1974. Tenía 12 años. En casa no había televisión. Íbamos a las de vecinos, también humildes, y nos juntábamos muchos. Así fui jugando. Fue una infancia dura pero feliz.

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P. ¿Fue el mejor consejo que le dio su padre?

R. Todo lo contrario. Era de cero fútbol. Le interesaba que ayudara en casa, que trabajara. Hay que trasladarse a la época; por lo menos, en Argentina. No se podía presagiar que con 12 o 13 años un chico se pudiera salvar, que su familia viviera de su fútbol, cuando ahora sí ocurre, cuando tienen agente y de todo. Tuve mucho apoyo de mi mamá y mis hermanos. Cuando marqué el gol de la victoria en México, corrí, me puse de rodillas, miré al cielo y le dije a mi padre: "A pesar de que no quisieras, ¡mirá!". Fue mi momento más maravilloso. Mis hermanos no llegaron por distintos motivos. Yo, sí porque fui persistente. No claudiqué.

P. ¿Lo más difícil de aquel gol?

R. Terminar metiéndolo dentro. Indudablemente, la carrera fue muy larga, pero en ningún momento escuché a Briegel ni lo sentí, igual que no vi desmarcado a Valdano, por el griterío de la gente. Me enfoqué en el arquero, que dudó sobre si salía o no, sobre si Briegel me alcanzaría o no.

P. Fue el Mundial de Maradona, ahora seleccionador. ¿Daba ya instrucciones en el campo?

R. Quiere dar al equipo su sello. Como jugador, hablaba mucho, pero con sus cualidades y su genio: hablaba con los pies. No era de estar dando indicaciones tácticas, sino de dar aliento a los compañeros, de no dejar que se bajonearan.

P. ¿En qué son distintos Maradona y Messi?

R. Hay una gran diferencia. Messi se educó futbolística y culturalmente en Europa. Ha ganado muchas más cosas que Maradona en Europa. Para compararlos habrá que esperar un par de años más. Diego ya hizo su carrera y Messi la está iniciando. Va camino de ser un grande.

P. Usted marcó un gol decisivo después de que Argentina alimentara el mito de que Alemania nunca se rinde: les empató tras ir 2-0. Cuentan que Bilardo, el seleccionador, se cogió un buen enfado.

R. Cierto. Fueron dos tantos a pelota parada. Tras tanto trabajo en los entrenamientos...

P. ¿Qué se dijeron en la celebración de su tanto?

R. De todo. De un partido que estaba resuelto pasamos a una igualdad increíble e inmerecida. De mi gol recuerdo la alegría. Fue un momento de pocas palabras, de cansancio, de mirar el reloj. ¡Quedaban tres o cuatro minutos! Fui hasta el centro del campo con Valdano y me dijo: "¡Ahora sí que no se nos puede escapar!".

Burruchaga bate a Schumacher logrando el 3-2 definitivo en la final del Mundial de México 1986.
Burruchaga bate a Schumacher logrando el 3-2 definitivo en la final del Mundial de México 1986.AFP

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