Juegan 11, sufren todos
"El espíritu de grupo se mantiene desde la Eurocopa y se demuestra en la intensidad brutal con la que se viven los partidos", explica Ochotorena
La victoria de España en la Eurocopa 2008 se cimentó en el grupo, un eufemismo que le sirvió a Luis Aragonés para describir que los 23 jugadores que manejaba eran algo especial. En una de las primeras ruedas de prensa que concedió Iker Casillas al llegar a Sudáfrica, el capitán habló de que el grupo se había transformado. "Somos como una familia", dijo el de Móstoles. Y la familia celebra y sufre unida.
Siempre fue así. "El espíritu del grupo sobrevive, se ha mantenido pese a los cambios", avisa José Manuel Ochotorena, entrenador de porteros hace dos años y ahora. Seguramente, él es quien mejor lo sabe, aunque solo sea porque la incorporación de Víctor Valdés se interpretó como un problema y no ha existido ni un atisbo de roce. Ha sido un compañero más. Ochotorena es uno de los miembros del cuerpo técnico que vive los partidos en el banquillo, el momento en donde más se identifica la sensación de que la selección es una familia más allá de quien juegue. "Estamos viviendo con una intensidad brutal todos los partidos porque los hemos disputado al límite. Desde que perdimos con Suiza, no ha habido tranquilidad, siempre una gran tensión". Tanta que durante el choque contra Portugal el árbitro tuvo que dar un toque de atención, pidiendo calma.
Reina y Marchena son los jugadores más expresivos en el banquillo español
"Estar en el banquillo es tremendo porque no puedes ayudar y eso hace que pases muchos nervios. De alguna manera los tienes que soltar. Normalmente, protestas más que en el campo, das ánimos, consejos...", explica Cesc, para quien resulta especialmente duro ser suplente, indiscutible como es en el Arsenal. De hecho, todos suelen ser titulares en sus equipos.
"Oírles no les oímos, bastante tenemos con las vuvuzelas", sostiene Xabi Alonso. "Pero verles, les vemos. Mira Pepe el otro día", advierte el medio centro del Madrid, en referencia a la carrera que se pegó su amigo Reina para abrazar a Villa después de que El Guaje marcara el gol que metió a España en cuartos. "El que más grita es Pepe porque es más expresivo. Marchena también. Interviene mucho la personalidad de cada uno", tercia Ochotorena. "Cada uno lo vive a su manera, pero está claro que en el banquillo no puedes ayudar mucho, así que animas a los compañeros como puedes, jaleando sus acciones, dándoles confianza", sostiene el jugador del Valencia, conocido como El Padre porque siempre tiene un consejo a tiempo y por cómo le escuchan los jugadores del Valencia en general y los andaluces en particular. "La verdad es que vivimos con mucha intensidad el partido, incluso el de Honduras. Celebramos los goles como si estuviéramos dentro del campo, porque también es nuestro partido", sostiene Pedro.
Lo que también resulta evidente es que Del Bosque está siendo mucho más activo de lo que acostumbraba. "En la fase de clasificación se le vio más tranquilo porque los encuentros eran menos dramáticos", dice Grande, su segundo. En el banquillo, está claro, también se juega el partido.
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