Las farmacias exhiben su enfado por los recortes con un cierre patronal
La jornada de paro de cinco horas fue casi total y transcurrió sin incidentes
Unos servicios mínimos suficientes (200 farmacias de las más de 2.000 de la Comunidad Valenciana) y un paro limitado a media jornada (de 9.00 a 14.00) se tradujeron ayer en una huelga patronal sin apenas incidentes en la que los farmacéuticos quisieron exhibir su enfado con los recortes del Gobierno a través de decretos que, entre otros aspectos, obliga a las farmacias a realizar un descuento obligatorio del 7,5% al Sistema Nacional de Salud en la facturación de los medicamentos. El seguimiento fue del 98% en la provincia de Valencia, del 90% en Castellón y del 99% en Alicante, según los colegios profesionales.
La protesta no pretendía crear excesivos problemas. El objetivo de los farmacéuticos era llamar la atención, hacer visible, con el menor impacto posible en los clientes, el enfado que hay en el sector y lanzar una señal a la Administración de la capacidad de movilización que tienen entre los farmacéuticos, que siguieron la protesta de forma generalizada.
La medida no causó colas ni problemas para adquirir medicamentos
Con estos condicionantes, al menos en los grandes núcleos urbanos, apenas hubo problemas para adquirir medicamentos. Tampoco hubo aglomeraciones en los establecimientos de guardia abiertos, como, por ejemplo, el situado en el cruce de las calles de Salamanca y de Burriana de Valencia. "Yo diría que tenemos a los mismos clientes que un día normal, aunque en lugar de ser todos de la zona hay más de otros barrios", comentaba una trabajadora de la farmacia antes de mediodía.
Junto al cierre de sus establecimientos, los farmacéuticos sacaron a la calle su protesta. En Valencia, se manifestaron frente a la sede de la Delegación del Gobierno de la Comunidad Valenciana, donde unas 2.000 personas, según los convocantes, y unos 300, según la Policía, se concentraron tras una pancarta que rezaba "Con los pacientes, con la farmacia" y corearon lemas como "farmacia sí, decretos no". La presidenta del Colegio de Valencia, María Teresa Guardiola, mostró "el más radical rechazo contra las medidas injustas y desproporcionadas [tomadas por el Gobierno] que provocarán la desaparición de miles de puestos de trabajo y la desaparición de unas 800 farmacias", fundamentalmente en zonas rurales. Además, alertó del riesgo que corre el llamado "modelo mediterráneo de farmacia", en el que el farmacéutico es un agente sanitario "al servicio del ciudadano y no solo un dispensador de medicamentos".
En Alicante, fue la plaza de la Subdelegación del Gobierno la que se pobló de batas blancas con el millar de farmacéuticos que se reunieron en contra los recortes presupuestarios. Jaime Carbonell, presidente del Colegio de Alicante, señaló que el objetivo de la huelga y la concentración era que el Gobierno "ponga fecha de caducidad al decreto de los descuentos". Según indicó, estas medidas supondrán una merma del 2,9% en los ingresos de las farmacias: "Nosotros éramos partidarios de una bajada de los precios en origen, y no de la fórmula del descuento, pero ya que se ha hecho así, perseguimos que sea de manera transitoria hasta que concluya la crisis".
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