El acusado de las violaciones del parque del Oeste rechaza declarar
Los otros imputados dicen que conocían a Urquiza de vista
El principal acusado de la banda de violadores del parque del Oeste, César Urquiza Quiroga, de 21 años, entró con la cara altiva, mirada desafiante e ignorando a la decena de personas que le observaba a su paso por el pasillo de la primera planta de la Audiencia Provincial. Era el primer día del juicio en el que se enfrenta a una petición fiscal de 87 años de prisión por cuatro violaciones y seis delitos de robo con violencia e intimidación. Ayer se negó a responder tanto a las preguntas del ministerio público como de las acusaciones y de la defensa.
El juicio empezó con dos horas y media de retraso. Los abogados de las partes plantearon en las cuestiones previas que la vista oral se celebrara a puerta cerrada. De esta forma se garantizaba la intimidad de las víctimas, en especial de una de ellas que tenía 17 años cuando sufrió la violación. Los magistrados se reunieron minutos antes de comenzar las declaraciones de los siete acusados y accedieron a la petición "por razones de orden público y el respeto debido a la persona ofendida por el delito", según el auto firmado por los tres magistrados de la Sección 17ª.
Visto para sentencia el juicio al alemán que quiso matar a la actriz Casasnovas
El primero en testificar fue el principal acusado y supuesto jefe de la banda de violadores, César Urquiza Quiroga. Los magistrados le leyeron todos los delitos de los que se le acusa. Al principio los admitió, según fuentes del caso. Pero al ser repreguntado tras una petición de su abogado defensor, se mantuvo en silencio sin negar ni afirmar los hechos. "Como estamos en un Estado garantista, le han repreguntado y entonces ya no ha dicho nada", criticó la abogada de una víctima.
También declararon el resto de acusados. Según algunos letrados, todos negaron las acusaciones. Mantuvieron que no habían estado en los meses de agosto y septiembre de 2007 en el parque del Oeste, como afirma el fiscal y las acusaciones. También negaron que pertenecieran a una banda y aseguraron que solo conocían a Urquiza del barrio. Desde hoy y hasta el viernes está previsto que testifiquen las víctimas de las violaciones.
Igual que llegó, con un talante serio y sin hacer ninguna mueca, Urquiza marchó de vuelta a los calabozos. De allí fue conducido a la cárcel de Estremera.
Por otra parte, ayer quedó visto para sentencia el juicio contra el alemán Ardnt Meyer, que está acusado de intentar asesinar a la actriz Sara Casasnovas. "Me agarró por el cuello. Estaba clara su intención de acabar conmigo", relató la víctima, que renunció a cualquier compensación económica. El imputado, que viajó desde Alemania para intentar encontrarse con la actriz que era su amor platónico, pidió perdón al final del juicio: "No era mi intención venir aquí para infringir sus leyes. Estaba desesperado y no pensé en las consecuencias", concluyó.
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