El CGPJ menosprecia la renovación de candidatos a las presidencias vascas

Primero ocurrió al frente del Tribunal Superior y ahora en la Audiencia guipuzcoana, sobre la que por segunda vez pesaba la amenaza de un bloqueo. Las últimas designaciones de presidentes en la judicatura vasca han desacreditado la renovación de candidatos que habían reclamado públicamente los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El intercambio de cromos entre las corrientes conservadora y progresista ha desembocado en el nombramiento de aspirantes que ya habían sido rechazados previamente. Una decisión difícil de argumentar que encuentra su explicación en la vinculación de unas plazas a otras en las negociaciones.

La Audiencia guipuzcoana ha dejado en entredicho el sistema de entrevistas públicas a los candidatos implantado en marzo como fórmula para dotar de mayor transparencia a los nombramientos. Con sus últimas decisiones, el órgano de gobierno de los jueces ha demostrado la prevalencia que sobre los proyectos presentados tienen los cambalaches. Como se ha podido comprobar esta misma semana en Euskadi, tras la concesión de la plaza de San Sebastián al progresista Iñaki Subijana y la de la sala de lo Contencioso del Superior al conservador Luis Garrido. Un procedimiento de equilibrios consensuados que ha detraído el interés de no pocos candidatos.

La incertidumbre se cierne ahora sobre la Audiencia de Álava

Guipúzcoa deja en entredicho el sistema de entrevistas públicas

El caso guipuzcoano se ha destapado como el ejemplo más claro. Subijana competía por el puesto con el conservador Juan Pablo González y el independiente Luis Blánquez. La misma terna que tomó parte en el primer proceso de marzo y que entonces fue rechazada. Sin cambios sustanciales en sus proyectos y pese a las advertencias previas de algunos vocales sobre un nuevo desacuerdo sin otros candidatos, el Poder Judicial ha facilitado esta vez el nombramiento del candidato progresista. "Parece que la gente no capta las indirectas", señaló días atrás, en referencia a un posible segundo bloqueo, un consejero que a posteriori no ha sido consecuente con su voto.

Algo parecido ocurrió con el Tribunal Superior hace tres meses. Tras el deterioro de imagen provocado por dos intentos baldíos, el CGPJ encontró el candidato de consenso en el no asociado Juan Luis Ibarra. El mismo al que llegó a dejar fuera de la terna final en el primer proceso. Tras el segundo bloqueo, la vocal peneuvista del Consejo, Margarita Uria, exigió como requisito para un acuerdo una renovación de aspirantes que no se llegó a dar. Claro que en aquella ocasión sirvió como excusa el año largo que sumaba en funciones Fernando Ruiz Piñeiro.

La incertidumbre se cierne ahora sobre la Audiencia de Álava, cuya presidencia es la única que permanece vacante en la judicatura vasca. Por ella compiten el progresista Jaime Tapia, la conservadora Mercedes Guerrero, y los independientes Jesús María Medrano y Jesús Poncela. El primero de ellos se presenta tras tres fracasados intentos de acceso al máximo cargo del Superior, con la duda de si su perseverancia encontrará recompensa o castigo. A día de hoy, parece que el mayor mérito de una candidatura consiste en estar en el lugar adecuado y en el momento oportuno.