Barberá para el pleno tras cerrar el micro a un concejal
En el pleno del Ayuntamiento de Valencia, los concejales tienen derecho a defender sus mociones en dos turnos de cinco minutos. Normalmente, la alcaldesa, Rita Barberá, que preside la sesión, avisa cuando el tiempo que les queda es escaso y los ediles se apresuran para no pasarse demasiado. Así, resulta anormal que la regidora apague el micrófono a un concejal y más cuando aún no han transcurrido 10 segundos desde que acabó su tiempo.
Ni siquiera los más veteranos recordaban ayer un episodio similar en un pleno. El concejal socialista Juan Soto finalizaba su intervención sobre la necesidad de retirar los últimos símbolos franquistas de la ciudad, cuando Barberá le cerró el micrófono porque el edil se había pasado nueve segundos de su tiempo. Soto siguió y Barberá le hizo una advertencia, lo que el concejal socialista obvió. La regidora decidió entonces suspender el pleno por cinco minutos. A la reanudación, el número dos municipal, Alfonso Grau, aprovechó el turno que le quedaba en la moción de los símbolos franquistas para calificar a Soto de "enano mental" y "provocador nato". La ironía sobre el talante autoritario de Barberá y las formas de Grau dominaron la sesión hasta pasado un buen rato.
Laterne es alemán
Al margen de la disputa, el pleno de ayer dio para conocer más detalles del caso Laterne, en el que un entramado de empresas bajo ese nombre, según los socialistas, facturó trabajos a varias fundaciones municipales por valor de 1,2 millones de euros. La edil Ana Botella, del PSPV, explicó que Laterne "podría ser el Gürtel del Ayuntamiento de Valencia" ya que se desconoce en qué han consistido estos contratos. "Para más inri", ironizó, "Laterne [como Gürtel] es una palabra alemana y significa farol o linterna".
Grau, que negó la existencia de ningún contrato entre el grupo de empresas Laterne y el Ayuntamiento o sus fundaciones, contó que justo el día anterior había mandado al secretario municipal y al interventor a la fundación municipal CEyD (Centro de Estrategias y Desarrollo), una de las que habría contratado con Laterne, para estudiar sus cuentas. Según el informe que los altos funcionarios le entregaron, las cuentas están perfectamente auditadas. Botella pidió ver ese informe y Grau contestó que le enseñase ella "las cuentas privadas del señor Rubalcaba".
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