El PP de Castellón planta cara al Consell y exige la inversión prevista

Primero fue la Diputación de Castellón y ayer el Ayuntamiento de la capital de La Plana. El PP castellonense no está dispuesto a que tachen su posición de partidista y menos ante una Generalitat que demora, aplaza o suspende proyectos anunciados para la provincia más pequeña de la Comunidad Valenciana.

Pese a las reticencias iniciales de reclamar a la Generalitat las inversiones previstas para Castellón, finalmente, el equipo de gobierno que lidera Alberto Fabra decidió ayer apoyar una declaración institucional en la que exige tanto al Consell como al Gobierno central que los recortes por la caída de los presupuestos en las Administraciones no afecten a las infraestructuras proyectadas para la provincia.

"Son unas obras que llevan años esperando ver la luz, tras haber sido relegadas por parte de las Administraciones a un segundo plano, convirtiendo estas iniciativas en una deuda histórica con el avance futuro de la ciudad", dice el texto que suscribieron los tres partidos con representación en el Ayuntamiento, PP, PSPV y Bloc. La decisión se tomó ayer, antes del pleno municipal, en una junta de portavoces que, además, fue convocada por el Grupo Socialista.

Tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Castellón, los socialistas ya habían tendido la mano, en varias ocasiones, a los populares para exigir y reclamar inversiones y proyectos a todas las Administraciones "deudoras" con la provincia. Sin embargo, normalmente, el PP, con mayoría en ambas instituciones, había limitado sus reivindicaciones al Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero. En esta ocasión, el vaticinio de que Castellón puede ser la provincia más perjudicada por los recortes que realice el Consell y ante la necesidad de unas infraestructuras "irrenunciables para la ciudad", el PP no se ha quedado atrás y ha plantado cara a Francisco Camps. El vicealcalde, Javier Moliner, alegó, admitió y argumentó, además, que en épocas de bonanza, la ciudad no ha "disfrutado de las inversiones de las dos Administraciones como en otros lugares".

El escrito señala como irrenunciables la llegada del AVE desde Valencia y su conexión con Tarragona, el acceso ferroviario al puerto por el sur, la solución a la N-340, la conclusión del Tram, la nueva estación de mercancías y la finalización de los proyectos incluidos en el Plan de Infraestructuras Estratégicas de la Generalitat.

Las declaraciones institucionales reclamando las infraestructuras de comunicación coinciden con la ausencia, por baja por enfermedad, de Carlos Fabra, quien habitualmente era el encargado de clamar y reclamar inversiones, aunque en muchos casos se quedaran en promesas. Su ausencia, y el hecho de que el PP en la Diputación decidiera dirigir sus reivindicaciones a ambas Administraciones, han puesto en un brete a Alberto Fabra.

Sin olvidar que hay quien le señala como sucesor de Camps, el alcalde de la capital de La Plana nunca ha puesto en aprietos al presidente de la Generalitat, al que guarda completa lealtad y por cuya fidelidad y sumisión ahora era acusado de partidista. Sin embargo, el Ayuntamiento está codirigido por Javier Moliner, señalado sucesor de Fabra y por Fabra y, por tanto, heredero de ese carácter reivindicativo de "es lo que Castellón quiere y necesita".