Facenda rechaza subir el IRPF a los que cobren más de 100.000 euros al año

Tal y como se estructuran los plenos en el Parlamento gallego, puede suceder que un mismo asunto se trate varias veces a lo largo de la misma jornada. Ayer volvió a pasar a propósito de las medidas que la Xunta de Feijóo está adoptando para contener la crisis.

Socialistas y nacionalistas pidieron casi al unísono al Gobierno gallego una mayor carga fiscal para aquellos asalariados con un sueldo mayor a 100.000 euros anuales y otras medidas de contención del gasto. Por el PP, en la primera de las mociones actuó el heterodoxo Pedro Arias, quien además de concluir que la crisis sólo la arreglará la marcha de Zapatero, vino a decir que "la izquierda" pretende "volver al siglo XIX" y "a los "enfrentamientos" sociales para "subir impuestos a los ricos". Lo dijo con tono irónico, igual que en la sesión anterior sentenció que los "milloneuristas" no son los responsables de la crisis. Luego dudó de la eficacia de endurecer la lucha contra el fraude fiscal con el siguiente argumento: los inspectores son los mismos que los del bipartito y ya hacen lo que pueden.

Eso por la mañana. Ya, durante la tarde compareció por el mismo motivo la titular de Facenda, Marta Fernández Currás, con un discurso algo más elaborado. La conselleira alegó que "una subida de la presión fiscal frenará la reactivación económica, castigará el consumo y la inversión". De hecho, Currás desveló que su propósito es exactamente el contrario: reducir el gasto público y una rebaja selectiva de impuestos y la lucha -ella sí lo defendió con vehemencia- contra el fraude fiscal, que llevó a la Xunta a recaudar 19 millones de euros el año pasado frente a los 10 de 2008.

Los diputados María José Caride y Fernando Blanco le reprocharon que no ponga la política fiscal al servicio de la redistribución de la renta. El parlamentario Pedro Puy subrayó luego que las personas que cobran más de 150.000 euros son el 0,33% de la sociedad gallega y que la recaudación derivada de la subida de ese tributo rondaría los dos millones de euros.