El despertador de Capello
Inglaterra ha encontrado la paz y, de paso, ha solucionado las tres dudas tácticas que se le presentaban tras los dos primeros partidos del Mundial. Todo funciona, desde el técnico hasta los jugadores, desde los medios de comunicación hasta los aficionados. Y con eso le ha alcanzado para recobrar el tono competitivo, para disputar lo que resta de la competición con garantías.
Los días previos al duelo contra Eslovenia han sido caóticos. Pero Capello ha utilizado la falta de armonía que circundaba a la selección, a la opinión y al país para sacar ventaja y exprimir a sus jugadores. Como a Terry. Resulta que el central parecía descontento con según qué decisión del técnico. Por lo que Capello, inteligente, le recriminó las palabras y le devolvió la pelota. Nada mejor que poner presión a Terry, que rinde como nadie bajo la mirada del mundo. Hasta la fecha, el seleccionador había dado cabida a Carragher y King como centrales derechos porque consideraba que Terry se desenvolvía mejor en la izquierda, donde comparte parcela y entendimiento con el lateral Ashley Cole, también del Chelsea. Ayer sacó a Upson, que en el West Ham actúa por la izquierda, en el eje central de la zaga y recolocó a Terry en la derecha. Y funcionó porque con presión, centrado, Terry es sensacional. No se quedó atrás Upson, fuerte en el juego aéreo y mucho menos torpe de lo que se dice en la salida de la pelota.
Un acierto presionar a Terry, jugador que rinde como nadie bajo la mirada del mundo
Otra diatriba era el portero. Se puso los guantes de nuevo James, reconfortado por la confianza del técnico, y mostró la seguridad que exigía el equipo. Dos problemas menos. El tercero era sacar rendimiento de Gerrard y Lampard. Ahí apareció Barry, que da el equilibrio perfecto y saca lo mejor de quien le envuelve.
A Rooney se le atribuía la última de las incógnitas, sin goles en el torneo pero reactivado frente a Eslovenia. Era cuestión de tiempo. Hasta la fecha había acusado las tres semanas de inactividad competitiva tras el final de la Premier; el cansancio que le surgió después de un curso de pleno desgaste, en el que él solito ha solucionado partidos para el Manchester United. Capello, de nuevo listo, le sustituyó a falta de 20 minutos. Decisión de lo más acertada porque le explicó con un gesto que Inglaterra ya no solo depende de él, sino de todos. Ahora Rooney está liberado y se centrará en pelear por un puesto, toda vez que Defoe se ha presentado como un delantero resolutivo.
En Inglaterra se pensó que los dos primeros empates, ante Estados Unidos y Argelia, eran el fin del mundo. Ahora, con las contrariedades remediadas y la paz adquirida, unificado su fútbol de una vez por todas, la selección ha encontrado la fórmula para competir, para aspirar a ganar el Mundial. Toca Alemania, el rival por excelencia de Inglaterra, por encima incluso que Argentina. Quizá la juventud germana sea un filón. Inglaterra ya se ha despertado.
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