En la línea de Viena
Las estadísticas reflejan que La Roja sigue fiel a su juego
A la espera de enfrentarse a Chile, regresa el viejo debate sobre las dos Españas que conviven en una única selección por la distinta manera de jugar que tuvo el equipo de Vicente del Bosque contra Suiza y Honduras. La discusión obliga de alguna manera a comparar los datos de los dos partidos y, por extensión, invita a cotejarlos con las cifras de los dos primeros encuentros de la pasada Eurocopa. Han sido los propios seleccionadores, Luis Aragonés y Del Bosque, quienes han activado el contencioso. A ambos el juego del equipo no les acabó de convencer porque advirtieron vulnerabilidad ante Honduras. La diferencia es que Luis está intranquilo con el juego y Del Bosque advierte una crítica interesada cuando se denuncia que desnaturalizó al equipo.
Ayer mismo, el actual seleccionador respondió a quienes piensan que va por el mal camino cuando se le recrimina la alineación de un extremo como Navas o que insista en juntar a Busquets y Xabi Alonso y, a cambio, renuncie al juego de asociación y toque que le garantizan Iniesta, Silva o Cesc. "No queremos enmendar la plana a nadie, pero, si escarbas un poco, encuentras que no ha existido un fútbol único", afirmó; "queremos meter nuestros conceptos, pero con sentido común. El equipo no mira atrás, sino adelante". Del Bosque recuerda perfectamente que Luis utilizó también a Reyes y/o a Joaquín para reactivar determinados partidos. El duelo con Honduras no se explicaría sin el de Suiza. El técnico corrigió la alineación para provocar la reacción del equipo sin traicionar el estilo.
España solo hizo un remate más contra Honduras que ante Suiza, centró ocho veces menos y recuperó y perdió el balón prácticamente las mismas veces. La principal diferencia estuvo en los pases, que decrecieron, y en la posesión de la pelota, que pasó del 73,34% al 59,23%. El problema no estuvo en cómo comenzó el partido, que lo hizo bien, sino cómo lo acabó, bastante mal, sobre todo cuando permitió el intercambio de golpes y se imponía seguramente recuperar la fórmula planteada contra los suizos. Las variantes del extremo y de juntar a dos arietes se utilizan precisamente para combatir la rutina en la que a veces caen los interiores y no como un volantazo. Incluso se diría que los enfrentamientos con Suiza y Honduras forman parte del mismo partido, como si hubiera mediado el descanso y se impusieran cambios para recuperar el plan inicial contra Chile.
La trayectoria de la Eurocopa comparada con la del Mundial, después de los dos primeros partidos, asegura que el equipo actual ha rematado más (49 veces por 38), aunque menos entre los tres palos (12-22), de la misma manera que el portero ha parado menos (2-5). Han aumentado también los centros al área (112-51) y disminuido las pérdidas de balón (109-143) y se mantiene el nivel de recuperaciones (98-109). El equipo de Luis cometió más faltas (37-18) y recibió más o menos las mismas (40-36). El detalle más revelador puede que sea el de la posesión: España ha pasado del 73,34% (Suiza) al 59,23% (Honduras) en el Mundial mientras que en la Eurocopa fue del 48,54% contra Rusia, a la que ganó por 4-1, y del 65,71% frente a Suecia, superada por la mínima: 2-1.
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