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La 'tolerancia cero' nació con Puelles

La reacción al asesinato hace un año del inspector simboliza el cambio de la política del Gobierno hacia ETA y las víctimas - López preside hoy los actos de homenaje

Sólo hicieron falta cuatro palabras: "Uno de los nuestros". Cuatro palabras pronunciadas por primera vez por un lehendakari para aludir a un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado asesinado por ETA. Lo hizo Patxi López después de que una bomba en su coche matase hoy hace un año en Arrigorriaga, justo al lado del barrio bilbaíno de La Peña, al inspector del Cuerpo Nacional de Policía Eduardo Puelles, de 49 años, un experto en la lucha antiterrorista. Era la primera víctima de ETA, que desde entonces no ha cometido otro asesinato en Euskadi, a la que se enfrentaba López tras poco más de un mes en Ajuria Enea. La frase se convirtió en un símbolo de la política sin fisuras de tolerancia cero que el Gobierno de Patxi López iba a desarrollar para acabar con el terrorismo, evitar cualquier muestra de apoyo en las calles a la banda, sus presos y sus seguidores y reconocer a las víctimas.

Llera: "Supone un cambio cualitativo sobre los discursos oficiales anteriores"

Esa frase, cuya gestión "hay que atribuirle en exclusiva al lehendakari", según el consejero de Interior, Rodolfo Ares, supone para Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, "la superación de todos los tabúes. Asesinar a un ser humano es injustificable, independientemente de su profesión". Aunque los reconocimientos oficiales y explícitos de las instituciones vascas a miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado o el Ejército asesinados por la banda comenzaron en mayo de 2008 a iniciativa de la entonces presidenta del Parlamento, la peneuvista Izaskun Bilbao, lo ocurrido desde la muerte de Puelles "supone un cambio cualitativo sobre los discursos de los gobiernos anteriores", apunta el director del Euskobarometro, Francisco Llera.

Que este salto se haya producido se debe, entre otras cosas, a que López es "un lehendakari no nacionalista, y eso es evidente, porque la sensibilidad que se ha demostrado hasta ahora era distinta en un sector y en el otro, y, segundo, porque ya se había producido un cambio paulatino en la sociedad, sobre todo en la última década", agrega Llera.

Tomando como referencia el asesinato del edil popular Miguel Ángel Blanco en 1997, la presencia cada vez más significativa de las víctimas en la vida pública y la movilización de diversos colectivos sociales, ese reconocimiento ha ido calando en la calle, pero a distinta velocidad, en función de si la víctima era un civil o un agente o militar.

También como "uno de los nuestros" se refirió el entonces diputado general de Guipúzcoa, el peneuvista Ramón Sudupe, se refería al empresario José María Korta, asesinado por la banda en 2000, pero para que el responsable de una de las principales instituciones vascas la haya pronunciado en honor a un policía primero "ha habido que despojar de cualquier connotación política o ideológica al terrorismo etarra", según el senador socialista y profesor de Sociología de la UPV Imanol Zubero. "Matar a un hombre es un delito, no defender una idea. La sociedad empezó a plantearse esto y decidió no fijarse en quién asesina y quién es asesinado, sino en que a una persona le han quitado la vida de manera absolutamente brutal", añade.

El asesinato de Puelles dista 20 años del de Manuel Jódar, artificiero de la Policía Nacional, a quien un coche bomba mató junto a otro compañero del cuerpo, José María Sánchez, y al ertzaina Luis Hortelano, en el barrio bilbaíno de Zorroza en 1989. Leonor Regaño, la viuda de Jódar, sabe lo que supone enterrar a su marido bajo el estigma del "algo habrá hecho" y reconoce que a otras víctimas que le han preguntado "¿por qué a mí?", ella ha contestado: "¿Y por qué a mí? ¿Sólo porque mi marido, hermano o hijo lleve un uniforme somos distintos?"

Esos 20 años de distancia han supuesto que, si Regaño nunca contó con el apoyo y la comprensión de "ninguna fuerza política", la familia de Eduardo Puelles sí ha podido sentirlo. Su hermano Josu explica que ese "uno de los nuestros" les hizo experimentar algo: "Formábamos parte de una comunidad y de unas instituciones que nos representan y que nos apoyan".

El lehendakari presidirá esta tarde en Arrigorriaga el homenaje a Puelles en el mismo aparcamiento donde fue asesinado. Junto a él estarán con la familia del agente otras autoridades como el delegado del Gobierno, Mikel Cabieces, y representantes de varios partidos, entre ello el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti.

La familia del inspector ha convocado concentraciones en su recuerdo en el lugar del crimen los días 19 de cada mes, convocatorias que va a dejar tras el homenaje de hoy.

Una de las concentraciones que los familiares de Eduardo Puelles han convocado los días 19 de cada mes desde el asesinato del inspector.
Una de las concentraciones que los familiares de Eduardo Puelles han convocado los días 19 de cada mes desde el asesinato del inspector.S. CIRILO

El día más terrible del consejero Ares

Uno de los principales objetivos del Gobierno de Patxi López, tal y como resaltó en su discurso de investidura en el Parlamento, el 5 de mayo de 2009, es una firme determinación contra ETA y en favor del reconocimiento de las víctimas del terrorismo. Y uno de sus máximos exponentes es el consejero de Interior y mano derecha de López, Rodolfo Ares.

"Desde hace muchos años, hemos hecho todos un gran esfuerzo por desarrollar una política de memoria, dignidad y justicia que tenga en cuenta a las víctimas, que atienda a sus reivindicaciones, pero especialmente que asuma que la inmensa mayoría de las víctimas lo han sido por representar a todo aquello con lo que quería acabar ETA", apunta el titular de Interior. Ares resalta además que tanto el Gobierno como la sociedad llevan "muchos funerales de gente muy cercana y de otras personas" y saben "muy bien lo que se siente cuando ETA asesina a una persona".

Para el consejero, el 19 de junio de 2009, fecha en que ETA asesinó al inspector Eduardo Puelles, primer atentado mortal al que se enfrentaba el nuevo Ejecutivo, supuso el día más "terrible" desde que accedió al cargo. Y en un intento de consolar a Paqui Hernández, la viuda del policía, alcanzó con ella un pacto. "Le dije que ella se ocupara de sus hijos, de cuidarlos, de ayudarlos y de sacarlos adelante y que nosotros nos ocuparíamos de detener a los asesinos de su marido. Ella está cumpliendo y, desde luego, nosotros sabemos que tenemos que cumplir y trabajamos sin descanso para detener a los asesinos de Eduardo Puelles, como trabajamos para detener a todos los terroristas y a todos los asesinos que han sembrado de dolor la sociedad vasca", concluye.

Cronología

- 11 de mayo de 2009. El lehendakari López celebra su primer acto oficial, un homenaje al guardia Juan Manuel Piñuel, asesinado por ETA un año antes.

- 19 de junio de 2009. ETA asesina a Eduardo Puelles.

- Verano de 2009. Interior extrema su política contra cualquier manifestación de apoyo a ETA o a su entorno. Julio y agosto se cierra con 160 atestados por enaltecimiento del terrorismo.

- 24 de mayo de 2010. El Gobierno, las diputaciones y Eudel fijan el 10 de noviembre como Día de la Memoria en reconocimiento a las víctimas.

- 9 de junio de 2010. El Gobierno pone en marcha el Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación del Terrorismo.

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