El tesoro de Afganistán

Todos daban por perdida la guerra cuando estalló la noticia: Afganistán esconde un tesoro. Tiene grandes reservas minerales de hierro, cobre, niobio, cobalto y oro, además de litio, esencial para las baterías de los dispositivos electrónicos. Es una enorme riqueza valorada en un billón de dólares en un pobre país cuyo PIB asciende a solo 12.000 millones de dólares. La noticia la publicó The New York Times el lunes y no son pocos los que se han preguntado por qué se ofrece ahora como hallazgo lo ya sabido.

En efecto, los expertos soviéticos ya elaboraron hace 30 años un mapa de las reservas afganas que los geólogos de Estados Unidos empezaron a analizar en 2004, al poco de la ocupación internacional del país. Se hicieron prospecciones aéreas en 2006 y al año siguiente se analizó el subsuelo con instrumentos muy sofisticados. Ahora, Estados Unidos ha logrado convertir el viejo hallazgo en noticia de primera página gracias a la evaluación económica realizada.

Un billón de dólares es una cantidad de dinero suficiente para transformar uno de los países más pobres del mundo, cuya principal y casi única industria es hoy por hoy la del opio. Como ha dicho el jefe militar de EE UU en Oriente Próximo, el general David Petraeus, la riqueza hallada es de un potencial gigantesco. ¿Podría tener también alguna influencia en la guerra?

Hay voces que sospechan que tras la noticia se esconde el deseo, justamente, de modificar el rumbo de la contienda de la que los americanos empezarán a retirarse el año próximo. China ya se ha hecho con la concesión de una de las minas de cobre, con comisión incluida para el ministro del ramo.

Ahora, los americanos advierten de que los afganos, sin maquinaria ni experiencia suficiente, no tienen capacidad para explotar por sí solos las minas. Habrá que ayudarles y compartir, quizá, los suculentos beneficios. ¿Se adelantarán los chinos de nuevo? ¿Será la codicia el elemento definitivo para que los talibanes se hagan con el control del país? Afganistán esconde más reservas de litio que Bolivia, primer productor mundial. Algunos han rebautizado a este devastado país como "la Arabia saudí del litio".