Lo mejor, en un clic

Una cámara digital, algo de imaginación y la tarde libre. Era lo único que necesitaban los que quisieran inscribirse en una gincana fotográfica organizada ayer por el festival PhotoEspaña. Algo más de 1.500 participantes trataron de retratar, desde pasadas las seis de la tarde hasta las diez el "Madrid cinco estrellas".

A ello se dedicaron los concursantes, a pesar de que el cielo amenazaba lluvia. "Soy consciente de que no voy a ganar. No conozco bien Madrid", comentaba Natalia, una estudiante francesa que está aquí de vacaciones. Ni ella ni los demás participantes parecían ambicionar el premio de 1.000 euros.No importó que estuviera prevista lluvia, o que las cámaras de muchos participantes no fueran precisamente profesionales. Ayer, el festival PhotoEspaña (del 9 de junio al 25 de julio), tenía prevista La Noche de la fotografía, en la que, entre otras actividades, se podía participar en este PhotoMaratón que comenzaba a las 18.00 y terminaba a las 22.00, en el parque que rodea al templo de Debod. Ayer, poco antes de que se desvelara el tema del concurso, los participantes -más de 1.500, según la organización- recibían en la Fundación Canal (en plaza de Castilla) sus dorsales y pañuelos amarillos, que se ataban como bandana o al brazo.

Los participantes criticaron el tema propuesto por ser demasiado amplio

"Estamos aquí porque es una buena excusa para sacar la cámara", resumen Agustín y Sonia, que han venido en moto para moverse mejor. El tema fue "Madrid cinco estrellas: lo más positivo de la capital, o algo relacionado con la cerveza". El patrocinador era una marca de esta bebida, que sumaba al primer premio de 1.000 euros unas cuantas cajas.

Lo mejor es empezar a moverse, porque hay que pasar antes de las 20.30 por el Cuartel General del Ejército, próximo a Cibeles, para recibir un sello. Laura y Montse llegan por los pelos. "El año pasado participé y me puse a tomar cañas... hice las fotos al final", comenta Laura, mientras los grupos de pañuelos amarillos suben para capturar las perspectivas más vistosas de la Gran Vía.

Hay cierto disgusto con el tema propuesto. "Demasiado amplio", es la queja general. La mayoría opta por pasearse buscando la inspiración inmediata. Laura Sáenz tiene una idea clara: quiere retratar a un camarero tirando una caña. "Aquí se hace mejor que en cualquier sitio", explica esta riojana, que se dedica a la publicidad y estudia fotografía.

En el primer sitio donde lo intenta no le dan opción. Pero en el típico bar de La Campana, al lado de la Plaza Mayor, el dueño se presta a posar. Laura se suelta con el siguiente camarero. "Ponte aquí, así", pide, mientras otros concursantes pasan por allí, buscando una imagen original con sabor castizo.

"La luz no me gusta", comenta Alberto, estudiante de comunicación audiovisual, que ve que las nubes no anuncian nada bueno en estas horas del atardecer.

A las 22.00 ya hay bastante gente en el templo de Debob. Se ha acabado el plazo para entregar la foto seleccionada. También para asistir a algunas de las salas de exposiciones que abrieron ayer desde las 19.00 hasta esa hora, y que permitía charlar con autores como la fotógrafa Isabel Muñoz.

Mientras los que habían probado suerte en el PhotoMaratón hacían cola hasta las 22.30, en una pantalla se proyectaban imágenes de otros concursos anteriores. La lluvia empezaba a chispear pero la mayoría se quedó porque querían ver su trabajo expuesto. Una puesta de sol, un bar con encanto.... Nadie parecía angustiado por el premio; tal vez por eso, unos pocos siguieron haciendo fotos. Querían disfrutar aún un rato más de su afición.