El futuro de la PlayStation
A KEN KUTARAGI le gustaba de niño desmontar juguetes y ver cómo funcionaban por dentro en lugar de jugar con ellos. Su curiosidad innata le llevó a estudiar ingeniería electrónica en una universidad de Tokio y nada más terminar entró a trabajar como ingeniero en Sony. Durante la década de 1970 se dedicó a experimentar en el diseño de procesadores y con pantallas LCD. Era un empleado más hasta que decidió utilizar los recursos de Sony para crear una videoconsola, la PlayStation. Gracias al éxito de la videoconsola de Sony llegó a ser presidente de Sony Computer Entertainment y, posteriormente, vicepresidente de Sony Corporation.
Han pasado muchos años desde que Kutaragi creara la PlayStation. Corrieron buenos tiempos para ella y su sucesora, la Playstation 2, pero a la Playstation 3 no le fue tan bien ante la competencia de Microsoft y Nintendo. La reputación de Kutaragi en la empresa cayó en picado y decidió marcharse para volver a empezar de cero, aunque con algo de ayuda de Sony. Así es como nació Cellius, empresa presidida por él con capital de Sony y Bandai-Namco.
Por ahora apenas trabajan 16 ingenieros en los bajos de un humilde edificio en el barrio de Shibuya. La mayoría del equipo llevaba años trabajando con Kutaragi y renunciaron a su trabajo estable en Sony, algo bastante raro en Japón, donde culturalmente se suele trabajar toda la vida en la misma empresa. Saben que están a las órdenes de un hombre con mucho carácter, saben que va ser duro crear la próxima revolución en el mundo de los videojuegos, pero también saben que están persiguiendo el sueño del padre de la PlayStation, alguien con mucha experiencia y visión. El equipo se está centrando en adaptar la tecnología del procesador Cell, empleado en la Playstation 3, para los aparatos móviles. En el pasado, Kutaragi adaptó la tecnología del compact disc a la Play.
Sony, para competir con Kinect de Microsoft y la Wii de Nintendo, ha reaccionado lanzando al mercado su nuevo mando con multitud de sensores de movimiento llamado PlayStation Move, disponible a partir de otoño. Llega tarde, pero por fin está reaccionando y adaptándose a las tendencias del mercado. Su asignatura pendiente sigue siendo la PSP, videoconsola portátil que hasta ahora solo ha funcionado en Japón, pero que en el resto del mundo no termina de venderse como se esperaba, y cada vez lo va a tener más difícil ante la emergencia de Apple como competidor en esta parte del sector del ocio.
Nintendo reacciona algo más rápido, concentrando sus energías en innovar en el sector de las videoconsolas portátiles, en el que está viendo que, inesperadamente, el iPhone, y el móvil en general, les van comiendo mercado.
La apuesta de Nintendo es la Nintendo 3DS, la segunda videoconsola portátil 3D de la historia. La primera fue la Virtual Boy, uno de los fracasos más sonados de Nintendo en la década de 1990. La gran diferencia entre ambos sistemas es que para poder disfrutar de la nueva Nintendo 3DS no son necesarias las gafas y, además, el jugador podrá elegir en cualquier momento jugar en 3D o no. Nintendo ha apostado fuerte, están convencidos de que funcionará y están respaldando el nuevo sistema con una gran gama de juegos diseñados específicamente para 3D.
Pero tampoco es una apuesta segura. Son muchos los críticos que dicen que el movimiento de ambos es equivocado y que deberían centrarse más en mejorar sus sistemas de distribución online de videojuegos para poder hacer frente al avance de la tiendas de aplicaciones de Apple, Android y otros.
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