Rajoy rematará con Urkullu el giro político del 'nuevo PP'
El jefe de la oposición busca posibles socios en CiU y PNV
En política dos años son una eternidad, pero no lo suficiente como para que los dirigentes del PP hayan olvidado una jornada traumática: el día en que María San Gil, la gran heroína de este partido, dimitió tras una tensa reunión en Madrid con Mariano Rajoy. Fue el 21 de mayo de 2008. San Gil, según sus propias palabras, no quería participar en el "nuevo rumbo" del PP. Y ese nuevo rumbo incluía un acercamiento al PNV, anatema para San Gil y todos los que apoyaban su línea política, heredera del pensamiento de Jaime Mayor.
Rajoy negó entonces, y sigue haciéndolo ahora, que el PP haya renunciado a sus principios, la principal acusación del ala dura y de San Gil, que buscó refugio en la Fundación FAES, que dirige su amigo el ex presidente José María Aznar.
El líder popular se vio la semana pasada en Madrid con el presidente del Par
Pero Rajoy también defendió y defiende que el PP debe abrirse, estar dispuesto a hablar con todos los partidos, salir del aislamiento que mantuvo en la anterior legislatura y tratar de ampliar su espacio. Rajoy necesita más votos de los que obtuvo en 2008 si quiere ganar las elecciones, y sobre todo necesita abrir la posibilidad de un gran pacto con los nacionalistas de CiU y PNV como el que llevó a José María Aznar a La Moncloa en 1996.
En ese contexto, Rajoy está montando una serie de encuentros discretos con los líderes de estos partidos. En febrero, el presidente del PP mantuvo una reunión reservada -que fue desvelada por EL PAÍS- con Josep Antoni Duran, número dos de CiU y personaje clave, por su influencia y sus contactos, para muñir cualquier acuerdo entre ambas formaciones. Rajoy confía en que el PP sea decisivo tras las elecciones catalanas de octubre, algo que abriría la puerta a un futuro pacto en el Congreso y pondría las cosas muy complicadas para el PSOE.
Pero ahora, Rajoy ha decidido dar un paso mucho más arriesgado, especialmente porque molesta mucho al electorado más a la derecha del PP, que es muy antinacionalista. Rajoy ha concertado una cita -a iniciativa suya- con Íñigo Urkullu, el líder de ese PNV del que María San Gil no quería oír hablar.
Como sucedió con Duran, la cita será discreta -no se conoce fecha ni lugar- para evitar una fotografía muy delicada para el líder del PP -y para el nacionalista- en su electorado más extremo. Sin embargo, Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, sí buscó la foto con Urkullu y le invitó hace 15 días a la sede de los populares en Bilbao, una instantánea que marcó la ruptura definitiva con la herencia de San Gil.
Rajoy prepara el camino para una llegada a La Moncloa que en el PP se ve ya como inevitable. Pero antes, el líder popular debe recuperar poder autonómico. Y para eso también está planteando estrategias de acercamiento. Especialmente en Aragón, donde la ruptura del PP con el Par en 1999, que se fue con el PSOE, dejó a los populares en la oposición en esa comunidad. Rajoy ha encargado a Luisa Fernanda Rudi, su candidata en Aragón, un acercamiento al Par.
La semana pasada, en ese contexto de trenzar nuevas relaciones, Rajoy y Rudi mantuvieron un encuentro discreto en Madrid con José Ángel Biel, presidente del Par y vicepresidente de Aragón, donde sigue gobernando en un pacto con el PSOE de Marcelino Iglesias. Diversos dirigentes populares dan por hecho que el Par acabará volviendo a pactar con el PP arrastrado por la ola de las encuestas que apunta a su regreso a La Moncloa. Pese al acercamiento, los socialistas están convencidos de que el Par volverá a pactar con ellos. Fuentes oficiales del PP y del Par no quisieron desmentir ni confirmar el encuentro.
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